martes, 22 de octubre de 2013

Biblioteca PSXXI: RRHH (I). Políticas de personal en el SNS (I)



Siguiendo con el enlace a las publicaciones que he incorporado a mi biblioteca personal, hoy presento "Políticas de personal en la Empresa Sanitaria Pública", un largo texto escrito en 1992 y publicado en 1993. Como digo en la presentación de la biblioteca (pinchar en la imagen para acceder), desespera ver cómo propuestas de hace más de 20 años siguen teniendo hoy tanta vigencia.
Si no, ¿que les parece este texto?
La empresa pública debe estar permanentemente a la escucha del medio que le rodea, preparada para modificar su producto, si ello es preciso para adaptarlo mejor a las expectativas de los clientes, reexaminar permanentemente sus propios modos de funcionamiento y poseer capacidad de adaptación al medio. Estos requisitos obligan a que sus recursos humanos estén dispuestos al cambio y animados por una actitud proactiva. Sin embargo, ello es impensable en una empresa en la que las relaciones con sus empleados y sindicatos están marcadas por una resistencia casi enfermiza frente a todo proyecto de cambio, que es visto con desconfianza y como tentativa de manipulación y de toma de poder por una y otra parte. La desmotivación del empleado hace que adopte una mentalidad de consumidor que únicamente espera lo que la empresa pueda hacer por él y no lo que él puede contribuir en la empresa.
Este texto no es mío, es solo una cita que reproduje, de la entonces directora del Consorcio de Transportes de Montreal, Luoise Roy, extraída de una conferencia de 1989: hace 24 añitos. ¿A que parece escrito ayer? Más:
Volver la mirada hacia el cliente y dirigir todos los objetivos hacia la mejor manera de servirle; evaluar a los empleados a través del juicio de los usuarios y entender que toda la organización encuentra su razón de ser en el apoyo y sostenimiento de los equipos y profesionales responsables del producto final: servicios de calidad, eficientemente prestados por empleados motivados a clientes satisfechos. Una ética de servicio como estimulo intrínseco básico, que se asfixia si no es reforzado por los estimulos extrínsecos. Si lo que está en juego, de alguna manera, es la legitimación social del sistema y el prestigio profesional de sus empleados, las visiones estrechas, reactivas y burocráticas deben dejar paso a mentalidades abiertas, proactivas y flexibles, capaces de aislar a quienes, por ideologia o interés, están empeñados en arañar la mayor parte posible de ese 5.3% del PIB que la empresa sanitaria pública transforma en servicios de salud para los ciudadanos.
Y, finalmente, muy al hilo de alguno de esos debates que de repente y a veces desde blogs casi desconocidos consiguen agitar las redes sociales (como este sobre los minijobs del SAS, iniciado por Ruth Molina en su blog Enfermera por Granada), me permito reproducir esto:
Un compromiso de estabilidad laboral (...) limitando al mínimo imprescindible la contratación temporal y cubriendo a través de un sistema ágil las vacantes de cobertura necesaria que se produzcan; intentar buscar soluciones consensuadas dentro del marco laboral ordinario para el personal no fijo actual; y centrar los esfuerzos financieros en mejorar las condiciones de los empleados, en lugar de en crear un empleo estructural que resultaría innecesario si el rendimiento de los recursos alcanzara niveles adecuados a través del estimulo individual y de equipo a los comportamientos eficientes.

1 comentario:

  1. Como para preguntarse qué han estado haciendo gestores pesudopolíticos estos 25 años últimos, aparte de ejercitarse en la apología y propaganda rancia y en el mangoneo institucional que finalmente va siendo puesto a la vista y con el que nos desayunamos a diario.

    ResponderEliminar