martes, 16 de agosto de 2016

Lectura de verano: Historia de una enfermera (XXXV)

 Capítulo XII
Fly me to the moon (3)
(Si no leyó la entrega anterior pinche aquí.
Luego le traemos de vuelta)




De este modo conocí los entresijos de la unidad, sufrí sus problemas y carencias, su mala organización. El peso de las inercias y quiénes ganaban y perdían con el mantenimiento de statu quo. También conocí la supremacía de una casta médica de las de antes, de las de los años 70, que aun siendo solo unos pocos (la mayoría de los médicos era gente de su tiempo, con sus tics pero "normales"), al ser quienes mandaban sobre su estamento se miraban a las enfermeras con una cultura anquilosada de cofias y tocas de antaño, esperando en cada gesto una pleitesía que rendir. Desde el primer momento pretendieron blandir su estatus autoimpuesto sobre mí, como sobre el resto del personal.
Pero toparon conmigo... y yo no tenía miedo.
Me fui haciendo un nombre y una reputación; para las compañeras, un pilar al que sujetarse, alguien que por fin daba la cara y defendía nuestro trabajo, aunque seguro que para otros, una resabiada niñata que no sabían cómo se atrevía a contestarles. (Bueno, eso es de mi cosecha, pero no dudo en que más de alguno pensaba así; aunque la verdad, niñata, niñata... como que ya no).
Perdí el miedo Juan, y no veas lo que puede llegar a atenazar el miedo. No tenía nada que perder, si me echaban mañana mismo no tenía más que recoger los trastos y regresar a mi anterior puesto. Y significaría una liberación más que un fracaso.
Pero no fue así. Siempre con educación, claro está, pero no me guardé nada para mí, defendí mi profesión y lo que juzgaba correcto con cualquiera que se me pusiera por delante.
La gran mayoría lo aceptó como algo positivo, como un soplo de aire nuevo; incluso, tras la estupefacción inicial, como una cierta liberación ante la evidencia de un proceso evolutivo puesto en marcha que había pasado de ser conveniente a ser imprescindible y urgente para poder adaptarse a una nueva situación: si no  puedes cambiar tu entorno, tienes que adaptarte para poder crecer y eso significa, de alguna manera, cambiar las reglas del juego.

Y aunque algunas enfermeras se sintieron incómodas, temerosas incluso, la gran mayoría captó esa oportunidad de crecer.

Próxima entrega: "Fly me to the Moon" (4)



1 comentario:

  1. Lo tendré en cuenta porque estoy estudiando para las oposiciones de enfermera y no me vendría mal leerlo para conocer algo más estos temas, me lo apunto Juan

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