miércoles, 29 de julio de 2015

Lectura de verano: historia de una enfermera (XV)

Capítulo VII
El 'cuerpo sufriente' (3)


Sé que tenía que hablarte del año y medio que desempeñé el puesto de supervisora de la Unidad, pero ahora me apetece más contraponer dos realidades y cómo un solo detalle puede significar pasar del cielo, al infierno (ser "alma mística" o "cuerpo sufriente", perdona por la broma).
Nos casamos y al poco él terminó la residencia. Pero en nuestro hospital, todas las plazas de adjunto estaban ocupadas. Trabajó discontinuamente y a tiempo parcial en un par de clínicas privadas, pero vimos pronto que allí su carrera no tenía futuro: los médicos adjuntos eran muy jóvenes y no era probable que se crearan más plazas a corto plazo. Y yo, además, estaba ya preparada para soltar amarras, me apetecía cambiar de escenario profesional y personal. Echó mano de algunos contactos y en unos meses encontró una interinidad que parecía bastante estable en el servicio de cardiología de un gran hospital de Madrid.
Costó encajarlo todo, también en lo laboral, pero entonces aún existían concursos de traslados y yo conseguí una comisión de servicios en otro hospital diferente de Madrid, hasta que unos meses después obtuve el traslado definitivo. Cuando me entrevistaron, vista mi experiencia de Diálisis y la poca demanda interna que había para cubrir las plazas de enfermera en esa unidad, empecé directamente en una que, en vez de ocho puestos, tenía 16. Justo el doble.
El trabajo era el mismo. Las compañeras, gente maja de toda España que habían acabado sacando plaza en Madrid. Mucho mejor dotada tecnológicamente; con una plantilla médica mucho más grande, instalaciones preciosas... pero un clima laboral terrible. Asfixiante. Deprimente e irritante.
¿Cuál era la diferencia? El Jefe de Servicio; más exactamente, la Jefa de Servicio.

[Próxima entrega, "El cuerpo sufriente (4)"]


1 comentario:

  1. Por todo eso se niegan a reconocernos, lo que nos pertenece; por ley, y por profesión sanitaría. Aunque seas ¡¡Doctor!! en Enfermería, no piensan perder a su auxiliar aventajada; ni anestesiados con "propafol" ¡¡Es la ley de Murfhy en la sanidad !!.

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