Díganme, si no:
- 2008: 150.000.
- 2010: 140.000 (122.000, según el Senado).
- 2012: 118.000.
- 2013: 108.000.
- 2014: 131.000.
- 2015: 142.000
¿Por qué las cifras de España de enfermeras / 100.000 habitantes (508) y de la Unión Europea (811) son tan dispares? ¿Cómo es posible que España, cuyo desempleo de enfermeras constituye una verdadera anomalía en Europa, ya que en los otros países lo que se experimenta de manera generalizada es un déficit (a veces abrumador) de enfermeras, teniendo una ratio tan paupérrima, esté suministrando enfermeras a países con unas ratios tan opulentas?
Simplemente porque los datos que maneja el Consejo serán ciertos (es decir, reproducen las estadísticas oficiales), pero desde luego no son reales. Y ello es así, principalmente por tres causas:
- Los datos de España no cuentan a las enfermeras desempleadas, inexistentes en los otros países (la fuente primaria de datos es la Encuesta de Población Activa, que no incluye la profesión de los activos desempleados). Por tanto, estamos eliminando de los cálculos en torno a 10.000 enfermeras (7.511 parados registrados, que conforman la estadística oficial a 31-12-2004, más unas 2.500 que, estando desempleadas, no se han inscrito como demandantes de empleo; y que podemos extrapolar con cierta exactitud a partir de los resultados de diferentes encuestas realizadas a lo largo del territorio nacional).
- En la mayoría de los países existe una amplia variedad de categorías laborales erróneamente asimiladas a "enfermeras". Muchas de ellas (existe un detalle para cada país en los metadatos técnicos), por su formación y funciones, son más equiparables a nuestras "auxiliares" y sin embargo están siendo contabilizadas como enfermeras, inflando la estadística de una manera que en el caso español, por poseer una enfermería claramente estructurada en dos niveles únicos, enfermera titulada y técnico auxiliar, no se produce.
- Dentro de estos dos niveles en que está estructurada nuestra enfermería, el personal auxiliar (TCAE) tiene un enorme peso cuantitativo (en torno a un 30% del total del personal de enfermería) que sus equivalentes europeos (aid nurse, healthcare worker, aide- soignant...) no tienen ni por asomo. Y ello es así porque, como bien pueden testimoniar muchas enfermeras y enfermeros que trabajan en esos países, la mayoría de las funciones que aquí asumen sin problemas los TCAE allí son realizadas por enfermeras "tituladas" (o por lo menos contabilizadas como tales). Y, por otro lado, muchas de las tareas que aquí asumen las enfermeras con naturalidad y casi desde el primer día que trabajan, allí ‒sobre todo a nivel hospitalario‒ son realizadas o por enfermeras expertas acreditadas o por médicos y otras profesiones tituladas.
También tengo claro (y dicho siempre en términos generales, ya que la ausencia de cualquier atisbo de planificación hace que la situación sea muy variable y heterogenea) que la principal explicación de esta escasa dotación de enfermeras tituladas no está en la enfermería hospitalaria sino en la atención primaria y los dipositivos sociosanitarios: en el primer caso, porque la dotación comparativa de médicos y enfermeras (que aquí es más o menos 1:1) es escandalosamente baja en contra de las enfermeras; y en el segundo, simplemente por el raquítico desarrollo de los recursos de carácter sociosanitario, especialmente los residenciales.
Es entendible la amplificación mediática de estos titulares (una forma barata de que un becario rellene media página de periódico + zumo, cafe y pastas en la rueda de prensa), pero me sorprende que entre la enfermería de las redes sociales esta queja (porque es una queja, digo yo...) tenga también tanta difusión y que además sea, por lo general, tan acrítica y automática en un medio con tendencia a tirarse a la yugular del poder establecido, incluyendo a su nefasta representación corporativa
Me temo, incluso, que puede tratase de una queja con efecto boomerang, capaz de volverse con peligro hacia quien la emite. Y ello me provoca ciertas reflexiones de carácter más sociológico que estadístico, pero que me reservo para la entrada que mañana publicaré para celebrar el Día Internacional de la Enfermería. Precisamente he querido aligerarla de números, trasladando esta sección aquí como referencia técnica para mis reflexiones de mañana.
Hasta entonces.
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