(I)
Quieren los caprichos del calendario que este Día Internacional de las
Enfermeras coincida con el último día de Rosa María Xama Hernández Serra al frente del Col·legi
Oficial d’Infermeria de les Illes Balears, tras ocho años y pico como presidenta. No se me ocurre este año, dada la coincidencia, mejor manera de
celebrar la efemérides que rindiéndole un pequeño homenaje
personal. Desde el afecto y el respeto, pero también con una visión sociológica y política de estos ocho años.
Nos separan muchas cosas, yo diría que casi todo:
nuestro temperamento (mucho más vivo el suyo), nuestras formas de interpretar entender
y vivir la realidad social y política (más pragmática y descreída la mía), incluso nuestras formas de leer las claves de la profesión enfermera (probablemente porque yo la miro
desde fuera y ella la vive desde dentro).
Cuando Xama pugnaba
para ser elegida como nueva presidenta del Col·legi, a finales de 2010, yo
publicaba “La enfermería frente al espejo: mitos y realidades”. Una coincidencia más (nacimos el mismo día del mismo año y compartimos apellido) que con el paso del tiempo nos ha convertido, creo yo, en buenos, leales y queridos amigos.
En aquellas elecciones, la candidatura presidida
por Xama derrotaba al candidato del Consejo General, un tal Reynés, el cual impugnó la candidatura ganadora ante el Consejo, aludiendo (si la memoria no me falla) incluso a un exceso de mujeres en la candidatura. Recurso que acumuló
telarañas en algún cajón de la Consejería de Presidencia, simplemente porque el
Consejo General no era órgano competente para resolver aquel recurso, sino los tribunales de Justicia.
Pasó el tiempo. Hasta que –bicho raro en una profesión tan alérgica
a los posicionamientos abiertos en asuntos sociales y políticos– Xama se
posicionó en la revista online del Colegio en contra del aval concedido por el presidente del Consejo General de
Enfermería a la exclusión de la sanidad pública, por parte del Gobierno del PP,
de los sin papeles y de sus amenazas, Código Deontológico en mano, a las enfermeras que se declararan objetores frente a esa ley: «El otoño ha llegado y parece que los primeros vientos y lluvias han sido suficientes para que algunos despojen, incluso antes de que los árboles pierdan sus hojas, a nuestro Código Deontológico de sus valores fundamentales», escribía Xama.
(Esto fue casi dos años después de su toma de posesión, el
10 de octubre de 2012, y mi corresponsal en las Islas publicó unos días
después un irónico
reportaje sobre los hechos en mi antiguo blog.)
Total, que el iracundo presidente del Consejo –hoy afortunadamente defenestrado
por sus propios pares, al grito de ¡sálvese quien pueda, lastre al agua!– se lo
tomó como algo personal. Publicó una de sus epístolas De Presidente a Presidente, desbarrando bonito, y envió a Xama una solicitud de
rectificación que fue ignorada: ahí empezó el calvario que ha hecho que, enfrentada
con alivio al final de su mandato, Xama haya cambiado su nick de Twitter, que antes era @XamaCoiba, por @xamalliure (lliure
= libre).
La historia es bien conocida (y por si
no, aquí el
resumen de entonces): Il Dottore
consiguió que la Consejería de Presidencia del PP le devolviera el favor, desempolvara el
recurso y se lo enviara. Resolvió, porqueyolovalgo, anulando la candidatura ganadora y dando al tal Reynés, a golpe de Resolución,
lo que fue incapaz de conseguir en las urnas (Xama, por el contrario, revalidaría
su mandato en la siguientes elecciones.)
A partir de entonces: demandas judiciales, juego sucio procesal, sentencias de parte del TSJ de Madrid,
intento de toma ilegal de la sede, bloqueo de cuentas bancarias, amenazas, burofaxes,
expropiación del voto en la Asamblea General a los colegiados, etc. Un acoso
nauseabundo.
Al final, los tribunales deshicieron el
entuerto; fueron restauradas la legalidad, la representación y el voto legítimos (y las cuentas corrientes); Reynés, Il Dottore y Florentino –entonces delfín, hoy heredero del trono– se la envainaron… y hasta hoy. Pero el sufrimiento dejó huella y la ignominia, sus ecos.
(II)
Ahora podría poner un enoooooorme párrafo
contando, porque lo viví de manera bastante cercana, el tremendo acoso y el gran
sufrimiento causados por esta mala gente, cómo se resintió hasta su salud y recalcando la enorme dignidad y valor de Xama
durante aquellos dos años. Pero no lo haré, porque hay algo que ilustra mucho mejor su
figura y sus principios: una vez pasado aquel mal sueño, al modificar los estatutos
colegiales, en lugar de ceder a la lógica de blindar su junta o a sus sucesores
mediante todas o parte de las maniobras antidemocráticas que contienen los
estatutos del 80% de los colegios, su Junta presentó ante la Asamblea General,
que los aprobó, unos estatutos que son un ejemplo de limpieza, transparencia y
garantismo democrático, incluido por supuesto su proceso electoral.
Y también ilustra su decisión que una
vez restaurada como presidenta, en vez de adoptar un perfil bajo o simplemente no
acudir a las asambleas generales para no ver el careto de acosadores y cómplices,
no dejó de ir, cumpliendo con su obligación, a realizar las incómodas preguntas que los otros no se atrevían a hacer, por miedo o por desidia:
así consta, y seguirá constando –supongo– en las actas.
Aunque fuera de las Islas Baleares tal vez esta,
la de la fea política del matonismo y la resistencia heroica, es la parte de la
historia que más se conoce, el equipo de Xama nunca perdió de vista que su
principal tarea política –esta vez, de la buena, de la digna y necesaria política– era
impulsar el progreso de la profesión.
Tuve la oportunidad de colaborar en varios trabajos del Col·legi: situación laboral de las enfermeras de Baleares, prescripción
enfermera, retos de la farmacia asistencial, imagen de la profesión y retos de
futuro… mimbres del relato enfermero del siglo XXI. Nos quedaron cosas
pendientes, pero el tiempo –como la salud– nunca se estira como un chicle.
También me cupo el honor de acompañar
a Xama en el primer
acto realizado en España sobre la campaña Nursing
Now, en mayo del pasado año.
No me enrollo más. Solo confiar en que,
ya que ahora es impensable, cuando se haya producido el inevitable relevo sociológico,
intelectual y moral en la cúpula de la enfermería española, al nuevo equipo le
falte tiempo para organizar un homenaje nacional a Xama como encarnación de los
más limpios valores y principios de la Profesión. Y por haber dado la cara, junto con muy pocas personas más, por la democracia colegial, asumiendo de manera natural –y radical– que los colegiados son los verdaderos propietarios de los colegios y los cargos colegiales, aunque se crean divas, meros inquilinos.
Con lo que nos hemos peleado, Xama… ¡Y ya tú ves!
Creo que puedes mirar hacia atrás con la satisfacción de haber cumplido con el compromiso que adquiriste con los colegiados y empezar una nueva vida, por fin lliure. Hablamos...
Creo que puedes mirar hacia atrás con la satisfacción de haber cumplido con el compromiso que adquiriste con los colegiados y empezar una nueva vida, por fin lliure. Hablamos...
(Por cierto, deseo toda la suerte del mundo a su sucesora y a su equipo, a quienes han dejado el listón muy alto. Y también a las 140.000 enfermeras que se enfrentan hoy al sueño de conseguir una puesto de trabajo –y una vida– estable. Y feliz día, por supuesto, a todas las enfermeras).
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