sábado, 21 de septiembre de 2013

Ley de servicios y colegios profesionales: mis propuestas

Mañana domingo finaliza el plazo de audiencia del Anteproyecto de Ley de Servicios y Colegios Profesionales. Hace unos días presenté mis alegaciones o sugerencias en mi propio y exclusivo nombre: el de un analista independiente, externo y neutral. Es decir, sin ningún conflicto de intereses. La inmensa mayoría de las alegaciones que se presentarán no lo serán porque habrán sido presentadas por los propios afectados, individualizadamente y bajo el paraguas de ese gran lobby que es Unión Profesional.


Algunas organizaciones colegiales salen ganando mucho (casi todas las sanitarias, pero también otras como graduados sociales) y otras se quedan, virgencita, como estaban (farmacéuticos, aunque pagarán el anunciado peaje en forma de rebaja en sus márgenes comerciales); también las hay que salen con lesiones de pronóstico reservado, como los abogados, los arquitectos y sobre todo los procuradores, y otras, muchas, con pronóstico muy grave, casi terminal: aquellas a las que se les prohíbe reclamar la colegiación obligatoria para ejercer, como por ejemplo economistas, administradores de fincas, gestores administrativos, trabajadores y educadores sociales, etc.

Pero finalmente todos se quejan; unos con motivos (interesados, pero motivos) y otros porque lo llevan en los genes y ya no saben hacer otra cosa que quedarse a la chita callando con lo que les beneficia y ciscarse con santa indignación en lo que les exige: la Organización Médica Colegial, con lo que yo he defendido a su Presidente, me ha defraudado totalmente en este sentido, por su penosa posición. Por cierto, el que ni ha piado, insolidario con sus colegas desposeídos hasta con la boca pequeña, ha sido el Consejo General de Enfermería... pero ese (siempre) es otro tema.

La principal novedad, una de las pocas muy relevantes, es la seria apuesta por exigir (¿y controlar?) sólidos principios de buen gobierno. Solo por ello merecería la pena que saliera adelante como Ley. Solo por eso yo la apoyo, total no esperaba nada.

Finalmente, algo sintomático es la absoluta ausencia de debate público. Los medios de comunicación generalistas se han limitado a albergar alguna tribuna de opinión y los sectoriales, a brindar a los distribuidores de sus fondos de reptiles todo el espacio que necesitaran para sus soflamas indignadas. El que ha estado absolutamente ausente ha sido el ciudadano que ni a unos ni a otros (gobierno y colegios) les importamos un comino aunque todos se escuden en nuestros derechos y nuestra seguridad para exigir que la ley defienda sus intereses: legítimos, por supuesto, pero, como su propio nombre indica, interesados.

Os enlazo el documento que envié la pasada semana al Ministerio de Economía y Competitividad; no tanto porque lo crea de interés general ni porque piense que valdrá de gran cosa, cuanto porque me comprometí aquí mismo a compartir mis sugerencias. Podéis descargar el documento aquí.

(Para entidades y corporaciones, más información aquí).

3 comentarios:

  1. Enhorabuena por tu elocuencia y clarividencia de lo que es, podría ser y trístemente será... Un saludo.

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  2. Gracias, Antonio. Yo, como soy de los que cree que la vida puede ser un camino de progreso, a pesar de los tarugos que se creen los putos amos del mundo pero que en realidad están al servicio del poder-poder recogiendo migajas, sé que tenemos que seguir empujando, cada cual como pueda. Esta es mi manera, o al menos eso creo, la de la racionalidad y la democracia. A seguir empujando, un abrazo.

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