lunes, 9 de diciembre de 2013

Con el "brazo sindical" de la Enfermería

El pasado día 3 de diciembre tuve la oportunidad de participar en un debate organizado con motivo del 2º Congreso de Investigación en Enfermería de Satse-Castilla y León.

La invitación, cursada por la Secretaría General del Sindicato de Enfermería-Satse en Castilla y León, al principio me sorprendió a secas y hasta me intrigó un puntito: después, me sorprendió agradablemente. Como saben quienes me siguen más o menos habitualmente, he mantenido siempre una actitud crítica con el sindicato profesional, mucho más, desde luego, en los últimos tiempos.

Es evidente que el divorcio que se produjo en 1993 entre la cúpula colegial, representada por Máximo González, y la sindical, encarnada en la figura de Víctor Aznar, al margen de otras consideraciones políticas y personales, supuso un alejamiento por parte del segundo de la deriva autoritaria, sectaria y deshonesta(*) a la que se había entregado sin pudor el primero (y que sigue hasta nuestros días).


(*) Explico el término: sinceramente, no creo que ningún observador imparcial pudiera calificar la actuación de la cúpula del Consejo General de Enfermería como decente, razonable, justa, proba o recta; mucho menos, como recatada, pudorosa o decorosa; y tengo muy serias dudas de que sea honrada: estos son los nueve adjetivos con que define el DRAE la palabra "honesto".

Unos años más tarde, en 1998 si no recuerdo mal, Satse consiguió implicar a la Asociación Española de Enfermería Docente, la Conferencia Estatal de Directores de Escuelas de Enfermería y la Asociación Nacional de Directivos de Enfermería en la elaboración de un proyecto de "Libro Blanco de la Profesión Enfermera", en el que tuve el placer de participar como consultor y coordinador técnico. El proyecto se fue al garete, en cierta medida por la preeminencia de ciertos egos revueltos (que diría el periodista y escritor canario Juan Cruz), pero sobre todo por el boicot activo del Consejo General, que fue invitado varias veces a unirse al proyecto pero se demostró incapaz genéticamente de tolerar ni por asomo el protagonismo de otros, y menos, de adoptar un rol de socio en igualdad de condiciones.

Posteriormente, tuve la ocasión de prestar servicios (también retribuidos) para Satse como consultor de organizaciones free-lance, que es a lo que me dedicaba en la época. Siempre fui tratado con consideración y traté de comportarme con profesionalidad. No puedo decir que tenga malas vibraciones de esta historia pasada.

Pero sí es cierto que, cuando lo he creído preciso, he mantenido una actitud crítica con Satse; hace unos pocos años, con motivo de su papel protagonista en la aprobación de un(os) modelo(s) de Carrera Profesional que hicieron un flaquísimo favor a la Enfermería y a las enfermeras: fue un modelo burocrático, desprofesionalizado, incentivador de la nada, indiferenciador de la excelencia y retribuidor de la poltrona. Es decir, exactamente lo contrario de lo que necesitaba ese modelo de enfermera comprometida y en permanente proceso de actualización y crecimiento que todos admiramos y querríamos como estandarte de una profesión moderna, interdependiente y reconocida.

Y, desde luego, mucho más recientemente, he sido tremendamente crítico con la reconciliación entre ambos líderes, colegial y sindical, en torno a un pacto vacío con el Ministerio de Sanidad, firmado justo el día anterior, y en su presencia, de la comparecencia a rastras del Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para volver a mentir al Parlamento sobre la corrupción en su partido. Un balón de oxígeno que sin duda sería retribuido en forma de colegiación obligatoria de los profesionales sanitarios al servicio de las administraciones públicas, tal y como consta en el anteproyecto de Ley de servicios y colegios profesionales. Algo curioso, ya que Satse siempre se manifestó en contra de dicha obligatoriedad.

Y, por cierto, siempre se había manifestado también en contra de la indignante burla a la Profesión y desdén hacia la capacidad profesional de las enfermeras en que ambos firmantes han incurrido al tolerar, y hasta alentar, que las enfermeras deban "acreditarse", realizando un curso de 180 horas, no ya para prescribir medicamentos sujetos a receta médica, que probablemente sería sensato y razonable, sino incluso para "indicar, usar y autorizar" medicamentos y productos sanitarios de libre dispensación. Mi postura fue muy crítica, como puede verse por ejemplo en esta entrada del blog. Y sigue siéndolo aún hoy, a pesar de los argumentos, a veces razonables, por los cuales se explica internamente esta entrega al abrazo del oso del cacique colegial, que creo sinceramente que hará finalmente más daño a la imagen del propio sindicato que a la realidad de la profesión enfermera.

De ahí mi extrañeza cuando apenas unos días después de la movida (en pleno mes de agosto) Satse de Castilla y León se pusiera en contacto conmigo para invitarme a subir a la mesa y expresar libremente mi opinión sobre las nuevas competencias y roles enfermeros. Durante algunas semanas pensé que los responsables sindicales permanecían al margen de mi audiencia y que su interés era una proyección de la sombra de mi libro "La enfermería frente al espejo: mitos y realidades"; y que, por tanto, tan pronto se enterara algún mandamás de Madrid me caería del cartel. Pero, por si me quedaba alguna duda, durante mi estancia, en la que fui tratado con gran afecto y consideración, me han explicado los responsables de la organización que es precisamente por ser conocidas mis posiciones críticas por lo que tenían gran interés en que las expresara y debatiera con los asistentes al Congreso, mayoritariamente afiliados al Sindicato. Y para más añadidura, la mesa redonda en la que participé fue moderada por Javier Sebastián, adjunto al Secretario General (nacional) del Sindicato.

Por tanto, no puedo más que calificar la invitación como una magnífica expresión democrática, de la que ya podría aprender el grueso de la organización colegial, empezando por el susobicho. Y también, por cierto, otras autoproclamadas élites "intelectuales y académicas", de las cuales he venido recibiendo (y hubo alguna muestra por parte de alguna glamourosa asistente al propio Congreso) una actitud desdeñosa, desde luego no basada en posiciones intelectuales, sino en las críticas que también reciben dichas pretendidas "élites" en mis intervenciones. Mejor desdeñar que debatir, por si acaso. (Para que nadie se piense que estoy generalizando, debo decir que he sido invitado hasta el momento por cuatro colegios provinciales, tres sociedades científicas y tres universidades; para todos ellos, al igual que para Satse, mi gratitud por dejarme expresar libre e independientemente mis ideas).

El nivel del Congreso fue excelente, con intervenciones muy interesantes de expertos y participación  muy numerosa de enfermeras investigadoras, y una organización que supo compensar algunas carencias clamorosas debidas a los limitados equipamientos culturales de esa preciosa ciudad catellana que es Palencia, como wifi y streaming, con profesionalidad y eficacia. Especialmente, por parte del equipo de la responsable de formación y desarrollo profesional, Esther Sánchez Gómez.

Dejo aquí, tal como me comprometí en algunas redes sociales, la presentación gráfica que utilicé en mi intervención, titulada "¿Hay sitio para una Enfermería de práctica avanzada en el SNS?".


2 comentarios:

  1. Hola Juan; efectivamente un gesto que honra a Satse invitar a una destacada voz discordante y también el tuyo de dar esta explicación.... en efecto ya me imagino que "el mundo fashion" no te recibe de mil amores, no sólo eres crítico sino que generas corrientes de opinión con tus argumentos.

    Yo creo que el acuerdo ese es "contranatura" y que Satse acabará desdiciéndose porque, como apuntas, la no obligatoriedad de la colegiación ha sido una de sus banderas... sino ¿qué pinta la gente colegiada y sindicada si el colegio ya ofrece ambas facetas (unión profesional sigue existiendo)?.

    Me voy a grabar a fuego tus palabras sobre la mal llamada "carrera profesional" porque reflejan lo que pienso al respecto...

    Gracias por la presentación, me dio rabia lo del streaming... es que hay espacios para convenciones que se han quedado en el siglo XX...

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    1. Gracias por tu comentario, XM. Me alegra que coincidamos en aspectos tan peliagudos e importantes. En cuanto a las limitaciones (streaming, pero no solo; la pantalla no se veía entera, por ejemplo), los organizadores me explicaron los problemas de las pequeñas capitales "de provincias" que no disponen de infraestructuras públicas (ni privadas) de carácter cultural y para congresos y jornadas modernas. De hecho, la presentadora del acto institucional, que era la delegada de Satse en Palencia, aprovechó para pedir al alcalde, presente en la mesa inaugural, que impulsara dichas intraestructuras. El acto se celebró en un vetusto salón de actos de la Diputación que parecía, no ya del XX, casi del XIX... La organización hizo lo que pudo y lo hizo bastante bien, dadas las circunstancias... Un abrazo

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