sábado, 5 de septiembre de 2015

Lectura de verano: historia de una enfermera (XXII)

Capítulo VIII
Aurora en la administracion (5)
Si es nuevo en la serie, disfrute la primera temporada completa
Si se perdió las entregas anteriores de esta segunda temporada aquí las tiene Primera Segunda Tercera Cuarta

Aún me quedé unos meses, casi casi un año, mareando la perdiz, hasta que pedí volver a la clínica. Por lo que vi, podría haberme quedado, no sé si toda la vida, pero desde luego unos cuantos años más viviendo del cuento; se me hizo algún encargo concreto, más bien de documentación o de redacción de discursos y preparación de powerpoints para los jefes y para la enfermera alfa, preparé algunas cosas mías para congresos, participé en un par de mesas redondas... y poco más.
¿Mi experiencia en “La Administración”, ese ámbito profesional difuso que no es exactamente gestor, tampoco directivo? Agridulce. Yo diría que un balance personal más positivo que negativo, a pesar de los vividorazos que encuentran aquí su sustrato perfecto, y que incluso lo negativo ha acabado teniendo algunos efectos positivos en mi manera de ver las cosas.
Aprendí un montón. A ver… No aprendí “cosas” concretas que me sirvieran luego para empezar a hacer mejor las "cosas" de siempre o hacer “cosas” nuevas, pero sí me dio una cierta madurez intelectual, una manera diferente de mirar las cosas, incluso, fíjate Juan, aprendí a mirar la enfermería desde fuera, eso que tú siempre dices que es tu principal ventaja.
Cuando te acercas a otras enfermeras, a mirar lo que hacen y cómo lo hacen (y lo que no hacen y por qué no lo hacen), no con ojos de compañera o de jefa, sino de “investigador”, entiendes muchas cosas que antes no entendías. El enorme mérito que se esconde en pequeñas tareas que pasan desapercibidas pero que esconden una actitud firme y entregada: la grandeza de lo pequeño y cotidiano. Todo eso que se reserva dentro del "equipo" y que nosotras mismas no valoramos porque forman parte de “lo de cada día” y que, por tanto, no enseñamos a valorar y apreciar fuera de nuestro pequeño mundo.
Entre otras cosas, los "marrones", de los que no se trata solo de salir como mejor se pueda para uno/a mismo/a  algo muy de médicos si se me permite, la famosa "teoría del browning", sino de salir solidariamente, tratando de fijar soluciones para que el resto del equipo no caiga otra vez en las trampas que todos (¡todos!) los demás nos ponen para zafarse de sus propias responsabilidades. (¡Tu calidad de vida al respecto depende mucho de la supervisora con la que cuentas como presa de contención!). Empezando por los médicos, como ya he dicho, pero siguiendo con los administrativos, sobre todo de Admisión, Urgencias y Archivo, y acabando con los celadores, pinches y demás fauna parasanitaria, que son como los pimientos de padrón: unos pican y otros no. Si no pican... bueno, tienen una gran capacidad para hacerte la vida muuuuy difícil y el turno muuuuy largo, parece mentira pero es así.
Caso aparte en esta estrategia escapista son los familiares de los pacientes, pero a fin de cuentas estos no cobran, sino que son, como se hartan de racalcar para reforzar sus tácticas egoístas, en muchos casos legítimamente porque están simplemente agotados, quienes "me pagan el sueldo".
Luego hay quien dice que no podemos ocupar posiciones de responsabilidad gestora... Ningún estamento como la enfermería está tan habituada a hacer gestión en su día a día asistencial. Y en general, saliendo airosos, solucionando los problemas y tapando las carencias y vergüenzas ajenas.
Ay, perdona, Juan... aquí ya he mezclado lo objetivo con lo subjetivo, se me va la pinza... Mañana trataré de subsanarlo.


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