jueves, 21 de abril de 2016

El hatillo


Cuando llegamos al mundo suele decirse que "traemos un pan bajo el brazo". Yo diría más bien que cuando el jodido azar nos pone en el disparadero de enfrentarnos a la vida que nos toca nos equipa con un hatillo de bienes necesarios para nuestro tránsito, eso sí, exigiendo en el "contrato de suministros" que los administremos bien para que no se agoten, porque una vez dilapidados no hay forma de recuperarlos. En el hatillo van salud, energía, lucidez... y también honorabilidad. El honor es tremendamente importante para nuestra configuración mental como personas cuya vida merece la pena y también para nuestra reputación, nuestro "buen nombre".


Hay gente, los vemos desfilando cada día en los medios de comunicación, a la que su "buen nombre" parece no importarles lo más mínimo. Ponen por delante muchas otras cosas, generalmente la famosa tríada dinero-codicia, poder-manipulación, placer-lujuria; para obtener estas utilidades dilapidan en un pispás el hatillo de honorabilidad con que fueron equipados al nacer. Y cuando ves que en su corrupción han arrastrado a su familia y que sus hijos forman parte como accionistas, directivos, testaferros, apoderados... de las tramas empresariales que han montado para corromperse, te dices "¿cómo es posible que uno corrompa hasta a sus propios hijos, por Dios?". Pues hay gente que lo hace y cuando ves su selfie en el Palco del Bernabéu, con esas sonrisas prepotentes, solo te dan ganas de llorar. Los hijos son  -deberían ser- sagrados.

A otros, supongo que a la mayoría de la gente, nuestra honorabilidad nos importa mucho; por nosotros mismos, en primer lugar, para poder respetarnos, y también porque no tenemos muchas cosas más que dejar a nuestros hijos que nuestros valores y nuestro ejemplo. Mi padre lo hizo conmigo y yo trato de hacerlo con mis hijos. Me importa mucho, no niego que quizás sea un poco neurótico, que mis hijos se sientan orgullosos de su padre; no de su inteligencia, su riqueza, su poder... sino del balance completo de su paso por la vida. Con sus errores, claro: todas esas cosas, generalmente reactivas, que haces a lo largo de tantos años (y yo tengo ya 60) de las que uno no se siente precisamente orgulloso, pero de las que tratas de aprender para no reincidir.

Pero también, cuando rebuscas en tu hatillo, encuentras aún unas migajas de honorabilidad y te dices: "hice caso a la vida y administré tan bien mi dote que aún, después de todos estos años, me quedan estas migajas".

Por eso, cuando el otro día encontré mi nombre ligado a una Circular del Consejo General de Enfermería que contenía en su "Asunto" la palabra honor me sentí indignado. TAN indignado que comprendí que no tengo otra cosa más urgente e importante que hacer en la vida (al menos en su dimensión moral, social y política) que defendernos a las personas honorables frente a lo que considero un epítome del deshonor, compendio de todo aquello que odio en la vida cuando la observo desde mi humilde mirada ética.

Lo que debía seguír en esta entrada, porque estaba escrito pero no aparece, ha sido censurado (en realidad, autocensurado) porque, como probablemente sepan, esos individuos han presentado una querella criminal contra mí, por la que anteayer tuve que prestar declaración ante el juez. ¿Y saben lo que sentí al llegar a casa después de hacerlo? Que mis hijos y mi mujer, a pesar del apelativo ("criminal"), pudieron mirarme a los ojos y decirme lo orgullosos que estaban de mí; y que cuando aquellos, los malos, se sienten en el banquillo bajo el mismo apelativo (lo cual, no les quepa duda, sucederá más pronto que tarde) no creo que puedan escuchar ni sentir lo mismo.

Porque han dilapidado su hatillo antes de tiempo.

Las personas decentes damos importancia al honor, por eso estamos juntos en esto. Muchas gracias a todxs, un inmenso abrazo, vamos a barrer juntos toda esta porquería. (Y no se me peleen por chorradas, que estamos llamados a hacer algo grande, siempre importante, ahora ya urgente).


13 comentarios:

  1. Lo comparto, Juan, no solo en el 2.0 sino con la cabeza y el corazón.

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  2. Grande juan!!
    Algunos enfermeros de base, de esos que desgastamos suela de zueco todos los dias estamos orgullosos e inmensamente agradecidos de tu labor infor-reivindicativa. Gracias!! Estamos contigo!!

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  3. Gracias Juan por ser ejemplo de honestidad, integridad y coraje. Sin lugar a dudas lo mejor que le podemos dejar a nuestros hijos es el ejemplo de ser ante TODO una gran PERSONA, con valores y con capacidad crítica(siempre constructiva). Tú sin lugar a dudas eres una GRAN persona y doy gracias de que el destino te pusiera en mi camino y en la de muchos compañeros para hacernos ver lo importante que es la colmena. Esta vez sí, vamos a por todas con un objetivo común sin personalismos ni medallas. Un solo lema #YaNoMax. Un abrazo

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  4. Cuando te leo, te escucho y eso que físicamente no te conozco. Con mi atención en el hatillo, estoy intentando dar herramientas para que la descendencia sepa conservar el suyo.

    Gracias Juan.

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  5. Juan, tus palabras me resultan muy familiares, las llevo escuchando desde que tengo uso de razón de boca de mi padre. Desde lo más hondo de mi ser quiero transmitirte mi total respeto y admiración por tu forma de ser y tus valores, esa palabra tan carente de sentido en estos tiempos. Quiero que sepas que, al igual que tu familia, tienes a todo un colectivo que te apoya, te admira y te valora, y que está contigo para lo que haga falta.

    Un abrazo grande Juan. Muchas gracias por ser así. Estamos contigo.

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  6. Gracias Juan por tu esfuerzo y tu implicación. Completamente de acuerdo con tu relato y absolutamente de tu lado en ésta lucha tan desigual a la par que necesaria."Ladran Juan, luego cabalgamos".
    Salud!

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  7. lo comparto.
    ojala te llegue todo el apoyo y cariño que sabes te tenemos en Murcia.
    #YaNoMax
    http://minumerotrece.blogspot.com

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  8. Ánimo, Juan. Todos sabemos aquí quien es honorable y buena persona y quiénes deberían estar en el banquillo que te ha tocado ocupar. Eres buena gente y da rabia ver que te pase esto.Pero si hay Justicia, de la de letras mayúsculas, vencerás, venceremos.
    Besos miles y todo mi apoyo

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  11. Querido Juan, en tu hatillo no hay migajas, aun tienes provisiones para andar mucho mucho camino, porque te has molestado no solo en no malgastar tu honorabilidad sino de cocinar buen pan, y enseñar a otros a hacerlo. Quiero pensar que algo de parte tengo en esas migas que dices conservar, pero sin querer entrar en pesados razonamientos al estilo de Lope, tienes a tu alrededor un halo de AMOR que alimenta todo el honor que ningún gualdrapa podría mancillar en mil vidas.
    Un abrazo pues para tí y tu familia!

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  12. Querido Juan, en tu hatillo no hay migajas, aun tienes provisiones para andar mucho mucho camino, porque te has molestado no solo en no malgastar tu honorabilidad sino de cocinar buen pan, y enseñar a otros a hacerlo. Quiero pensar que algo de parte tengo en esas migas que dices conservar, pero sin querer entrar en pesados razonamientos al estilo de Lope, tienes a tu alrededor un halo de AMOR que alimenta todo el honor que ningún gualdrapa podría mancillar en mil vidas.
    Un abrazo pues para tí y tu familia!

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  13. Gracias por todo Juan! Estamos contigo y juntos "vamos a barrer toda esta porqueria"

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