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martes, 14 de julio de 2015

Lectura de verano: historia de una enfermera (II)

[Ver la primera parte pinchando en este enlace]

Capítulo II (1)
Ser enfermera en la España de los ochenta: la 'precariedad' laboral.

Los ochenta fueron los años de oro de la Enfermería española; con sus luces y sus sombras, sin duda, pero muchas más de aquellas que de estas.
En esta carta te hablaré del apasionante contexto político del momento. Iba a decir “tal como lo viví”, pero no; cierto es que lo presencié, pero yo era demasiado joven para tener perspectiva y solo de adulta he sido capaz de comprender el enorme salto adelante que vivía la profesión mientras yo me afanaba en hacerme mayor en lo personal y lo profesional y no perecer en el intento. Es decir, para "vivirlo", desde una perspectiva experiencial (perdón por el palabro).
Vayamos por partes. Entré, como ya te dije, en el año 1979 en la Escuela de Enfermería, donde me diplomé tres años después, aunque una primera y desafortunada relación con un chico egoísta e inmaduro me hizo perder el sentido de la realidad y por poco si abandono los estudios. Afortunadamente conseguí reconducir las cosas y, aunque en septiembre y por los pelos, terminé la Carrera en 1982. Y, naturalmente, corrí a colegiarme y a apuntarme en la Bolsa de Empleo.
Las Bolsas de Empleo para enfermeras, y creo que también para los médicos, las llevaban entonces los colegios. Era un tema muy importante porque en aquella época aún se conseguía la plaza fija en enfermería al cabo de unos pocos años gracias a los 0,35 puntos que te daban por cada mes completo trabajado y a puntos adicionales que conseguías yendo a cursos, que generalmente organizaba el propio colegio o los hospitales del Insalud (pronunciado Insálud, vaya usted a saber por qué), publicando artículos, etc. O sea, ibas acumulando puntos y cada equis tiempo (una vez al año, creo recordar, o igual era todos los meses, ya me falla la memoria) se ofertaban plazas "en propiedad" (¡qué certero es a veces el lenguaje!) y se cubrían, sin oposición ni más zarandajas, mediante el Concurso Abierto y Permanente (CAP), siendo adjudicadas a quienes en ese momento tenían las mayores puntuaciones. Simplemente enlazando contrato temporal tras contrato temporal, ya que en aquella época no había paro o era anecdótico, obtenías acceso a una interinidad, de la cual salías hacia la plaza fija cuando tu puntuación era ya la necesaria para obtener vacante en el CAP.
Trabajo casi permanente, aunque temporal, con 22 o 23 años y plaza fija de por vida con 26 o 27 años sin tener siquiera que preparar oposiciones: igualito que ahora, ¿no? Pues que sepas que entonces nos quejábamos un montón de la precariedad... ¡qué cosas!
En mi caso, obtuve la plaza fija en 1987, con 26 años recién cumplidos.



[Próxima entrega: "El Colegio"]

1 comentario:

  1. En primer lugar todos mis respetos hacia tu persona
    En segundo lugar dejar claro que esta profesión, y en el año 1979 entro muerta en la universidad; y sigue muerta.
    en tercer lugar y para terminar, me parece una canallada y, un desproposito exigir una nota de 11,773 para enfermería, cuando están en la misma situación profesional y laboral del año 1979. Para que quede claro, seguimos con la ley de 1970. A saber: ¡¡¡Auxiliar titulado del I.N.S.S !! ¿ Auxiliar de quién? ¿ De otro profesional? ¡¡Insostenible!! para titulados de Grado en Facultades del año 2015.
    Yo, y esta profesión, terminamos hace mucho tiempo.
    Muchas gracias por los recuerdos de los tiempos pasados.
    Siempre a tu disposición
    Alfonso

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