miércoles, 24 de julio de 2013

Esto es un lobby (y no los de los hoteles)




Dicen los médicos de EEUU que no creen ser ellos, ni de lejos, los principales culpables de que el país más poderoso de la tierra gaste prácticamente el doble que el promedio de los otros países ricos (y un 50% más del que le sigue en la lista). La culpa siempre la tienen otros:
Respondents said trial lawyers (60%), health insurance companies (59%), hospitals and health systems (56%), pharmaceutical and device manufacturers (56%), and patients (52%) have a "major responsibility" for reducing healthcare costs. However, just 36% reported practicing physicians have the same duty.

Así se deduce de una encuesta dirigida por la Clínica Mayo y la Asociación Médica Americana [AMA] que publica estos días la revista oficial de esta última organización, JAMA (descarga libre en este enlace).

Por otro lado y simultáneamente, nos cuenta The Washington Post las trampas consentidas que un comité de la propia AMA (Relative Value Update Committee), cuyo dictamen es exigido por la legislación federal (y por tanto obligatorio para todo el país) y cuyos resultados van a misa, realiza a la hora de valorar el tiempo y dedicación (unidades de valor relativo) que cada uno de los procedimientos médicos requiere para una adecuada prestación, parámetros de los cuales dependen las tarifas que deben abonar las aseguradoras y organizaciones provisoras. Según concluye el diario...
If the time estimates are to be believed, some doctors would have to be averaging more than 24 hours a day to perform all of the procedures that they are reporting. This volume of work does not mean these doctors are doing anything wrong. They are just getting paid at the rates set by the government, under the guidance of the AMA.
 Por ejemplo, el tiempo normal estimado para una colonoscopia es de 75 minutos, cuando es bien sabido (incluso por los pacientes afectados) que una estimación de 30 minutos está mucho más cerca de la realidad. La diferencia es notable, más del doble (a favor de los médicos y, suponemos, enfermeras que realizan las colonoscopias)

Estos valores "medios" son solicitados por la AMA a las correspondiente sociedades científicas (en el caso de la colonoscopia, por la Asociación Americana de Gastroenterología). El proceso, de periodicidad anual y con un coste de 7 millones de dólares por oleada, determina la manera en que se reparte un gasto de 100.000 millones de dólares de la aseguradora pública Medicare.

Esta metodología de cálculo de los costes/pagos para los procedimientos ambulatorios (denominada resource-based relative value scale), fue desarrollada a finales de los ochenta, tras el éxito de los famosos DRG (diagnostic-related groups) como sistema para determinar los pagos por ingreso hospitalario, y gozó de un gran prestigio en el mundo académico por su rigor metodológico.

Y, al margen de sus valores técnicos, su desarrollo hasta nuestros días constituye una magnífica lección sociológica sobre los inevitables y complicados problemas que se producen en aquellos ámbitos en los que reguladores y financiadores (y, en menor manera, directivos y organizaciones) descansan inevitablemente en el juicio experto de los profesionales a la hora de desarrollar ideas y conceptos que luego deben ser aplicados en el mundo real. Un mundo real en el que estos expertos se juegan sus sustanciosos honorarios.

Los salarios medios anuales declarados de los médicos estadounidenses oscilaron, en 2012, entre los $175.000 de un médico de familia y los $400.000 de un cirujano ortopédico; los gastroenterólogos, colonoscopia a colonoscopia, se sitúan en el cuarto puesto del ránking, con un promedio de $340.000. No faltan voces que afirman (y lo demuestran comparando las ganancias de los médicos USA con los de otros países ricos) que el problema básico de los enormes costes médicos del país no tiene tanto que ver, como suele decirse, con la intensidad de la asistencia (procedimientos realizados), como con el coste de los procedimientos. Entre estas voces está también la de la consultora PriceWaterhouseCoopers.

De ahí que hace apenas unos meses The New York Times titulaba (y subtitulaba) un artículo sobre el tema de la siguiente manera: "Los $2,7 billones de factura médica. Las colonoscopias explican por qué Estados Unidos es líder mundial en el gasto sanitario". Y recogía algunas tarifas estándar del país, comparándolas con las de otros países:

  • Angiografía: $914; Canadá, $35.
  • Colonoscopia: $1.185; Suiza: $655.
  • Artroplastia de cadera: $40.364; España, $7.731.
  • Resonancia magnética: $1.121; Holanda, $319.
(Estos datos, en realidad, estan extraídos de un estudio de Commonwealth Fund titulado Explaining high health care spending in the United States: An international comparison of supply, utilization, prices, and quality).

Por eso, cuando los médicos consultados decidieron que la culpa era algo propia... vale... sí, no digo que no... pero mucho más de todos los otros (incluyendo, por supuesto a los pacientes), realizaron simplemente un gran ejercicio de cinismo. De cinismo consentido y pagado con sangre, sudor y lágrimas por la nación "más poderosa del mundo".

Esto es un lobby (y no los de los hoteles).

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