domingo, 12 de mayo de 2019

Día Internacional de las Enfermeras: mi homenaje



(I)
Quieren los caprichos del calendario que este Día Internacional de las Enfermeras coincida con el último día de Rosa María Xama Hernández Serra al frente del Col·legi Oficial d’Infermeria de les Illes Balears, tras ocho años y pico como presidenta. No se me ocurre este año, dada la coincidencia, mejor manera de celebrar la efemérides que rindiéndole un pequeño homenaje personal.  Desde el afecto y el respeto, pero también con una visión sociológica y política de estos ocho años.
Nos separan muchas cosas, yo diría que casi todo: nuestro temperamento (mucho más vivo el suyo), nuestras formas de interpretar entender y vivir la realidad social y política (más pragmática y descreída la mía), incluso nuestras formas de leer las claves de la profesión enfermera (probablemente porque yo la miro desde fuera y ella la vive desde dentro).
Cuando Xama pugnaba para ser elegida como nueva presidenta del Col·legi, a finales de 2010, yo publicaba “La enfermería frente al espejo: mitos y realidades”. Una coincidencia más (nacimos el mismo día del mismo año y compartimos apellido) que con el paso del tiempo nos ha convertido, creo yo, en buenos, leales y queridos amigos.
En aquellas elecciones, la candidatura presidida por Xama derrotaba al candidato del Consejo General, un tal Reynés, el cual impugnó la candidatura ganadora ante el Consejo, aludiendo (si la memoria no me falla) incluso a un exceso de mujeres en la candidatura. Recurso que acumuló telarañas en algún cajón de la Consejería de Presidencia, simplemente porque el Consejo General no era órgano competente para resolver aquel recurso, sino los tribunales de Justicia.
Pasó el tiempo. Hasta que –bicho raro en una profesión tan alérgica a los posicionamientos abiertos en asuntos sociales y políticos– Xama se posicionó en la revista online del Colegio en contra del aval concedido por el presidente del Consejo General de Enfermería a la exclusión de la sanidad pública, por parte del Gobierno del PP, de los sin papeles y de sus amenazas, Código Deontológico en mano, a las enfermeras que se declararan objetores frente a esa ley: «El otoño ha llegado y parece que los primeros vientos y lluvias han sido suficientes para que algunos despojen, incluso antes de que los árboles pierdan sus hojas, a nuestro Código Deontológico de sus valores fundamentales», escribía Xama.

(Esto fue casi dos años después de su toma de posesión, el 10 de octubre de 2012, y mi corresponsal en las Islas publicó unos días después un irónico reportaje sobre los hechos en mi antiguo blog.)
Total, que el iracundo presidente  del Consejo –hoy afortunadamente defenestrado por sus propios pares, al grito de ¡sálvese quien pueda, lastre al agua!– se lo tomó como algo personal. Publicó una de sus epístolas De Presidente a Presidente, desbarrando bonito, y envió a Xama una solicitud de rectificación que fue ignorada: ahí empezó el calvario que ha hecho que, enfrentada con alivio al final de su mandato, Xama haya cambiado su nick de Twitter, que antes era @XamaCoiba, por @xamalliure (lliure = libre).
La historia es bien conocida (y por si no, aquí el resumen de entonces): Il Dottore consiguió que la Consejería de Presidencia del PP le devolviera el favor, desempolvara el recurso y se lo enviara. Resolvió, porqueyolovalgo, anulando la candidatura ganadora y dando al tal Reynés, a golpe de Resolución, lo que fue incapaz de conseguir en las urnas (Xama, por el contrario, revalidaría su mandato en la siguientes elecciones.)
A partir de entonces: demandas judiciales, juego sucio procesal, sentencias de parte del TSJ de Madrid, intento de toma ilegal de la sede, bloqueo de cuentas bancarias, amenazas, burofaxes, expropiación del voto en la Asamblea General a los colegiados, etc. Un acoso nauseabundo.
Al final, los tribunales deshicieron el entuerto; fueron restauradas la legalidad, la representación y el voto legítimos (y las cuentas corrientes); Reynés, Il Dottore y Florentino –entonces delfín, hoy heredero del trono– se la envainaron… y hasta hoy. Pero el sufrimiento dejó huella y la ignominia, sus ecos.
(II)
Ahora podría poner un enoooooorme párrafo contando, porque lo viví de manera bastante cercana, el tremendo acoso y el gran sufrimiento causados por esta mala gente, cómo se resintió hasta su salud y recalcando la enorme dignidad y valor de Xama durante aquellos dos años. Pero no lo haré, porque hay algo que ilustra mucho mejor su figura y sus principios: una vez pasado aquel mal sueño, al modificar los estatutos colegiales, en lugar de ceder a la lógica de blindar su junta o a sus sucesores mediante todas o parte de las maniobras antidemocráticas que contienen los estatutos del 80% de los colegios, su Junta presentó ante la Asamblea General, que los aprobó, unos estatutos que son un ejemplo de limpieza, transparencia y garantismo democrático, incluido por supuesto su proceso electoral.
Y también ilustra su decisión que una vez restaurada como presidenta, en vez de adoptar un perfil bajo o simplemente no acudir a las asambleas generales para no ver el careto de acosadores y cómplices, no dejó de ir, cumpliendo con su obligación, a realizar las incómodas preguntas que los otros no se atrevían a hacer, por miedo o por desidia: así consta, y seguirá constando –supongo– en las actas.
Aunque fuera de las Islas Baleares tal vez esta, la de la fea política del matonismo y la resistencia heroica, es la parte de la historia que más se conoce, el equipo de Xama nunca perdió de vista que su principal tarea política –esta vez, de la buena, de la digna y necesaria política– era impulsar el progreso de la profesión.
Tuve la oportunidad de colaborar en varios trabajos del Col·legi: situación laboral de las enfermeras de Baleares, prescripción enfermera, retos de la farmacia asistencial, imagen de la profesión y retos de futuro… mimbres del relato enfermero del siglo XXI. Nos quedaron cosas pendientes, pero el tiempo –como la salud– nunca se estira como un chicle.
También me cupo el honor de acompañar a Xama en el primer acto realizado en España sobre la campaña Nursing Now, en mayo del pasado año.
No me enrollo más. Solo confiar en que, ya que ahora es impensable, cuando se haya producido el inevitable relevo sociológico, intelectual y moral en la cúpula de la enfermería española, al nuevo equipo le falte tiempo para organizar un homenaje nacional a Xama como encarnación de los más limpios valores y principios de la Profesión. Y por haber dado la cara, junto con muy pocas personas más, por la democracia colegial, asumiendo de manera natural y radical que los colegiados son los verdaderos propietarios de los colegios y los cargos colegiales, aunque se crean divas, meros inquilinos.
Con lo que nos hemos peleado, Xama… ¡Y ya tú ves! 

Creo que puedes mirar hacia atrás con la satisfacción de haber cumplido con el compromiso que adquiriste con los colegiados y empezar una nueva vida, por fin lliure. Hablamos...


(Por cierto, deseo toda la suerte del mundo a su sucesora y a su equipo, a quienes han dejado el listón muy alto. Y también a las 140.000 enfermeras que se enfrentan hoy al sueño de conseguir una puesto de trabajo y una vida estable. Y feliz día, por supuesto, a todas las enfermeras).



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