martes, 8 de septiembre de 2015

Lectura de verano: historia de una enfermera (XXIV)

Capítulo IX
Aurora en la administracion: lecciones aprendidas (2)
Si es nuevo en la serie, disfrute la primera temporada completa
Si se perdió las entregas anteriores de esta segunda temporada aquí las tiene:
Primera Segunda Tercera Cuarta Quinta Sexta

- ¿Por qué crees que estás tan mal considerado en la unidad?
- Porque paso bastante, me llevo bien con la gente pero le echo un poco de morro…
- Y eso, ¿por qué?
- Me aburre el trabajo y me fastidia la supervisora, está en guerra conmigo desde el mismo día que entré en la unidad. Me gustaría tener otro trabajo más creativo y diverso o más… no sé… menos físico, con más retos profesionales… Esto es a, b, c...
- ¿Por qué crees que te aburre este trabajo?
- ¿Sinceramente? No me gustan los viejos, no me gusta cómo huelen, cómo finjen que chochean para tratar de engañarte, cómo esperan todo el rato que les des sus caprichos y gritan cuando no vas al minuto… No me gusta el escaqueo sistemático de los familiares, a fin de cuenta el problema es suyo… La verdad, no es que me aburra, es que no me gusta, lo aborrezco.
- ¿Por qué crees que aborreces tanto a los viejos?
- He perdido mi alma enfermera [jejeje, risa nerviosa], ya no me gusta mi profesión… Es un completo suplicio venir cada día, me afecta ya en mi vida personal, con mi mujer y los niños… Me gustaría saber dedicarme a otras cosas pero tengo claro que lo único que sé hacer es esto, no valgo para nada más ni tengo fuerza de voluntad para estudiar otra cosa. Así que es un suplicio saber que tendré que estar al menos 20 años en esta mierda de profesión.
- ¿Y por qué crees que aborreces tanto tu profesión?
- A ver… Yo pedí el traslado aquí porque es un sitio mucho más tranquilo que la planta de Trauma del hospital en la que trabajaba. Esto es muy, muy tranquilo, el turno de noches es fijo, así que no te toca cada tres semanas, todo está súperpautado y el trabajo duro lo hacen las auxiliares, para qué engañarse… que sacrifiqué mi alma enfermera, si es que algo así existe, en el altar de la comodidad, pero, créeme, estaba agotado, llevaba 11 años con noches, festivos, navidades… Tenía ya dos hijos que también agotan al más pintado, mi situación laboral exigía un poco más de orden y me busqué la vida: quise ir a primaria pero en el concurso de traslados no tenía los puntos suficientes ni de coña, había un montón de viejas que suspiraban por prejubilarse ahí…
Así que aterricé aquí, que no quiere venir casi nadie con plaza fija. Y ahora añoro mi complicada y atroz planta de Traumatología. Allí era enfermero, me enfrentaba a toda clase de incidencias y retos, tanto de los pacientes, muy variados y con problemas que obligaban a pensar y planificar, como de los cabrones de los médicos que solo pensaban en cómo quedar por encima de ti, de aplastarte para que reconocieras por fin que no eras más que su ayudante o su secretaria, que lo tuyo era un oficio, no una profesión como la suya; había que ser bueno para que te respetaran. Y yo lo era, era muy muy bueno, Aurora. Y me respetaban. Allí era un luchador, pero aquí soy una especie de autómata, un auxiliar bien pagado. Odio este sitio pero estoy encadenado a él mientras no tenga puntos suficientes para irme a primaria. Y calculo que aún me quedan cinco o seis años, joder...

En fin, Juan, aquello fue la gota que colmó el vaso. Me di cuenta de que no tenía recursos para solucionar situaciones gravemente dañinas para todos. Y decidí regresar a lo que sé hacer, creo que muy bien: atender a las personas.

Ye te iré contando... Besos,
Aurora 

FIN DE LA SEGUNDA TEMPORADA





1 comentario:

  1. Todo lo que dice este hombre es tan cierto que, no merece ningún comentarío. Esa es nuestra profesión; ¡¡un oficio !! eso si; mejor pagado que técnico, auxiliar, o celador.

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