Capítulo VII
El 'cuerpo sufriente' (4)
[Entrega 1, entrega 2, entrega 3, entrega 4, entrega 5, entrega 6, entrega 7, entrega 8,
entrega 9, entrega 10, entrega 11, entrega 12, entrega 13, entrega 14, entrega 15]
entrega 9, entrega 10, entrega 11, entrega 12, entrega 13, entrega 14, entrega 15]
La
Jefa de Servicio de Nefrología, que para los pacientes era todo
sonrisas, educación y calor, con el personal era una tirana. Tenía
una sensación de propiedad personal sobre el servicio verdaderamente
enfermiza. Desde lo físico, como puede ser dónde cuelgas la lista
de teléfonos en el control o cómo colocas las cajas de sueros en el
almacén, hasta las personas: era capaz de entrar chillando en el
control y decirles a las auxiliares que el cuarto de sucio es una
pocilga, que no saben hacer nada y que si ella dice que una caja se
deja en tal sitio, se deja por sus cojones.
Lo siento, pero era su refinado léxico.
O que ante las protestas porque alguien hubiera conectado a
fulano antes que a mengano, te dijera desairada y en público que “si va a tener
que dejar su consulta para que las cosas funcionen porque tú seas
una negada”. Si tratabas de hacer algo que se saliera de su rutina,
pero que para el paciente podría solucionar un problema e insistías,
su respuesta era siempre la misma: “te he dicho que las cosas aquí
no se hacen así y punto...”. No se mezcla con las enfermeras,
todo el mundo la trata de usted y de doctora tal. Y si alguien no lo
hace, se lo recuerda. Y por supuesto, si te la encuentras por un
pasillo no esperes que te salude.
El
trato era así con las enfermeras, pero también, si no peor, con los
residentes. Que pasaron también su infierno particular... La médico
encargada de la Sala, para mí era distinta. Recién acabada, gran
diferencia. Escuchaba lo que le decías, aceptaba sugerencias,
respondía
preguntas, lo
normal. Solo que estaba tan asustada ante la hidra de siete cabezas como el resto del personal. O más, dado que ocupaba la plaza de FEA como interina y era más sencillo cortarle la cabeza que al resto del personal.
Un
detalle, a los galenos se les
trataba
de usted y de doctor.
Pero ellos
te llaman de tú. Hoy
también sigue pasando en muchos
hospitales o servicios. Son
las propias enfermeras las que aceptan el trato desigual, todas
tragan con la cabeza agachada. Esto era
así y sigue siendo así,
parece que no
hay solución... Mira que la
cosa es sencilla: o todos de usted o todos de tú. Vale
que la gente tenga miedo, pero ahí la supervisión tendría que
pegar un puñetazo en la mesa... por no decir
en los morros de alguien.
Pero
vamos, que
en los
hospitales
era
así en casi todos,
si no en todos,
los servicios. No en hemodiálisis
sólo. Es la diferencia entre la especializada y la primaria. En la
primaria tienes compañeros, en la especializada... farolas con bata.
Ah, ya te he adelantado que ahora
estoy en primaria... No te queda nada hasta que lleguemos a eso…
Por todo lo que cuentas y, que yo, he vivido; incluso en primaría ( por experiencía personal), siempre los hombres hemos tenido gran estima y reconocimiento al "Practicante" de toda la vida. El respeto de los médicos con los Practicantes en médicina y cirugía de aquella época, nunca fue el mismo que, con las enfermeras/os de las siguientes . Consiguieron reemplazar a esos profesionales de la sanidad, y que tenían ganado el respeto de todos; tanto a nivel profesional ( autonomia), laboral y social; por la clasica "Auxiliar aventajada" del médico. Desgraciadamente, la enfermera/o, y por mucho que se "Doctore", siempre será el auxiliar aventajado de su "médico": ¡quiera o no quiera!. ¡¡De aquellos vientos, estas tempestades!!. Yo, jamás he llamado a un médico por "Doctor" . Dependiendo de como se dirigiera a mi persona; estaban los siguientes tratos: nombre propio de dicha persona, o simplemente sin saludo ( el médico fulano o mengano).
ResponderEliminarRecomiendo entrar en el Blog de Carlos Tardio. Te enteraras de muchas cosas interesantes dentro de nuestra legislación, y que han sido borradas del "mapa" profesional "Enfermero/a"
Saludos.
Gracias por tu comentario, Ángel. A Carlos no solo le leo, sino que mantenemos una buena amistad, lo cual no excluye la crítica mutua
EliminarBuenos días Juan, he descubierto tu blog por pura casualidad y me he puesto a leer la historia de Aurora, he de decir que me ha encantado, o mejor dicho que me está encantado pues espero impaciente septiembre para poder seguir leyendo. Mi profesión es Auxiliar de enfermería (TCAE como nos llaman ahora), sólo quería comentar algo que les digo a menudo a mis compañeros del hospital (médicos, enfermeros, jefes, supervisores...) "todo el mundo debería vivir un hospital siendo auxiliar, aunque fuese por un día" muchos de mis compañeros ni siquiera saben que el personal de enfermería incluye a las auxiliares. Un saludo .
ResponderEliminarGracias, Raquel. Estoy totalmente de acuerdo contigo y de hecho lo tengo escrito más de una vez. Sois más importantes de lo que suele pensarse, aunque a veces (más quienes no son asistenciales, todo hay que decirlo) hay enfermeras que os tratan con la misma arrogancia que luego se quejan de los médicos hacia ellas. En fin... Un cordial saludo y gracias de nuevo
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