jueves, 30 de julio de 2015

Lectura de verano: historia de una enfermera (XVI)

La Jefa de Servicio de Nefrología, que para los pacientes era todo sonrisas, educación y calor, con el personal era una tirana. Tenía una sensación de propiedad personal sobre el servicio verdaderamente enfermiza. Desde lo físico, como puede ser dónde cuelgas la lista de teléfonos en el control o cómo colocas las cajas de sueros en el almacén, hasta las personas: era capaz de entrar chillando en el control y decirles a las auxiliares que el cuarto de sucio es una pocilga, que no saben hacer nada y que si ella dice que una caja se deja en tal sitio, se deja por sus cojones. Lo siento, pero era su refinado léxico.
O que ante las protestas porque alguien hubiera conectado a fulano antes que a mengano, te dijera desairada y en público que “si va a tener que dejar su consulta para que las cosas funcionen porque tú seas una negada”. Si tratabas de hacer algo que se saliera de su rutina, pero que para el paciente podría solucionar un problema e insistías, su respuesta era siempre la misma: “te he dicho que las cosas aquí no se hacen así y punto...”. No se mezcla con las enfermeras, todo el mundo la trata de usted y de doctora tal. Y si alguien no lo hace, se lo recuerda. Y por supuesto, si te la encuentras por un pasillo no esperes que te salude.
El trato era así con las enfermeras, pero también, si no peor, con los residentes. Que pasaron también su infierno particular... La médico encargada de la Sala, para mí era distinta. Recién acabada, gran diferencia. Escuchaba lo que le decías, aceptaba sugerencias, respondía preguntas, lo normal. Solo que estaba tan asustada ante la hidra de siete cabezas como el resto del personal. O más, dado que ocupaba la plaza de FEA como interina y era más sencillo cortarle la cabeza que al resto del personal.
Un detalle, a los galenos se les trataba de usted y de doctor. Pero ellos te llaman de tú. Hoy también sigue pasando en muchos hospitales o servicios. Son las propias enfermeras las que aceptan el trato desigual, todas tragan con la cabeza agachada. Esto era así y sigue siendo así, parece que no hay solución... Mira que la cosa es sencilla: o todos de usted o todos de tú. Vale que la gente tenga miedo, pero ahí la supervisión tendría que pegar un puñetazo en la mesa... por no decir en los morros de alguien.
Pero vamos, que en los hospitales era así en casi todos, si no en todos, los servicios. No en hemodiálisis sólo. Es la diferencia entre la especializada y la primaria. En la primaria tienes compañeros, en la especializada... farolas con bata.
Ah, ya te he adelantado que ahora estoy en primaria... No te queda nada hasta que lleguemos a eso…

[Próxima entrega, "El cuerpo sufriente (5)"]




4 comentarios:

  1. Por todo lo que cuentas y, que yo, he vivido; incluso en primaría ( por experiencía personal), siempre los hombres hemos tenido gran estima y reconocimiento al "Practicante" de toda la vida. El respeto de los médicos con los Practicantes en médicina y cirugía de aquella época, nunca fue el mismo que, con las enfermeras/os de las siguientes . Consiguieron reemplazar a esos profesionales de la sanidad, y que tenían ganado el respeto de todos; tanto a nivel profesional ( autonomia), laboral y social; por la clasica "Auxiliar aventajada" del médico. Desgraciadamente, la enfermera/o, y por mucho que se "Doctore", siempre será el auxiliar aventajado de su "médico": ¡quiera o no quiera!. ¡¡De aquellos vientos, estas tempestades!!. Yo, jamás he llamado a un médico por "Doctor" . Dependiendo de como se dirigiera a mi persona; estaban los siguientes tratos: nombre propio de dicha persona, o simplemente sin saludo ( el médico fulano o mengano).
    Recomiendo entrar en el Blog de Carlos Tardio. Te enteraras de muchas cosas interesantes dentro de nuestra legislación, y que han sido borradas del "mapa" profesional "Enfermero/a"
    Saludos.

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    1. Gracias por tu comentario, Ángel. A Carlos no solo le leo, sino que mantenemos una buena amistad, lo cual no excluye la crítica mutua

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  2. Buenos días Juan, he descubierto tu blog por pura casualidad y me he puesto a leer la historia de Aurora, he de decir que me ha encantado, o mejor dicho que me está encantado pues espero impaciente septiembre para poder seguir leyendo. Mi profesión es Auxiliar de enfermería (TCAE como nos llaman ahora), sólo quería comentar algo que les digo a menudo a mis compañeros del hospital (médicos, enfermeros, jefes, supervisores...) "todo el mundo debería vivir un hospital siendo auxiliar, aunque fuese por un día" muchos de mis compañeros ni siquiera saben que el personal de enfermería incluye a las auxiliares. Un saludo .

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  3. Gracias, Raquel. Estoy totalmente de acuerdo contigo y de hecho lo tengo escrito más de una vez. Sois más importantes de lo que suele pensarse, aunque a veces (más quienes no son asistenciales, todo hay que decirlo) hay enfermeras que os tratan con la misma arrogancia que luego se quejan de los médicos hacia ellas. En fin... Un cordial saludo y gracias de nuevo

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