jueves, 19 de diciembre de 2013

¿Faltan 108.000 enfermeras en España? (I)

Las agendas y preferencias de los medios de comunicación siguen algunos criterios muy elementales. Entre ellos y a igualdad de condiciones...
  1. En cuanto a la actualidad, mejor temas simples que complejos: un mensaje claro es más fácil de transmitir.
  2. Los temas con connotaciones o complicaciones técnicas (sobre todo jurídicas y/o económicas) no venden: o los simplificas o los desechas (o los pasas a los suplementos especializados).
  3. En cuanto al contenido, mejor lo cuantitativo que lo cualitativo (salvo que sea morboso): el personal adora las estadísticas porque se simplifica mejor con ellas y todos encuentran siempre una variable, un porcentaje, un indicador, un gráfico al que agarrarse (para justificarse o para cabrearse).
  4. En cuanto al impacto, mejor mensajes que puedas resumir en un solo titular. Como mucho, un subtitular sencillito.
  5. Y en cuanto al esfuerzo, mejor copiar y pegar a partir de una nota de prensa bien hecha que tener que analizar una fuente de esas que hay que currárselas de lo lindo. Es decir, si te pasan un informe de 50 o 100 páginas, que te pasen dentro la nota de prensa de dos. Del informe, ya se aprovechará algún gráfico...
  6. Y si todo es muy complicado, pásalo a la sección de local: ahí siempre existe algún perjudicado con el cual enredar o un personajillo al que entrevistar.
En todo esto, los gabinetes de prensa tienen un gran rol que jugar. Cuando uno no quiere que alguna noticia ocasione un gran ruido, pero no es legítimo (o simplemente posible) hurtarla, lo mejor es encargar a tu gabinete que la emborrone y haga que parezca un tema "muy técnico". Pero si, por el contrario, quieres que un tema complejo tenga mucho eco, simplifícalo hasta que lo puedan entender un hooligan del Liverpool o un adolescente con picores: no importa que el contenido esencial se quede por el camino.

¿A cuento de qué viene esto? A tratar de encontra razones para entender por qué hay temas importantes (y muy relacionados con los otros) que pasan perfectamente inadvertidos en los medios, o son relegados a los ámbitos locales y sectoriales, y perfectas boberías vacías de contenido que retienen toda la atención de los mass media.

Durante estos últimos meses me ha llamado mucho la atención que un tema que considero tan trascendente desde un punto de vista político, económico y social como es el Anteproyecto de Ley de Servicios y Colegios Profesionales, que afecta al conjunto de la sociedad y trata de regular las relaciones de 1,5 millones de profesionales con sus correspondientes corporaciones, haya sido prácticamente ninguneado por la prensa generalista de ámbito nacional. Lo cierto es que solo ha encontrado un hueco bien definido en los medios sectoriales o especializados y en los locales, por eso a muchos de nosotros (que consultamos ambos tipos de medios) nos puede parecer que está teniendo tanta repercusión, cuando no es así a nivel global, como se puede comprobar en las respectivas hemerotecas (o en este exhaustivo seguimiento del Consejo de Colegios de Procuradores, probablemente el colectivo con intereses más claros contra el proyecto de ley). También es cierto que a mis improbables lectores les dé aún más esta impresión de empacho, ya que he tratado el tema en numerosas ocasiones; por ejemplo, en esta triple entrada: (I), (II) y (III).

Pues bien, frente a este ninguneo de un tema que entiendo de gran importancia y trascendencia, llega el dircom (que es como ahora les gusta poner en sus tarjetas de visita) del Consejo General de Enfermería [CGE]; encarga primero y se hace autoeco después de un estudio (Informe sobre recursos humanos sanitarios en España y la Unión Europea) de un ignoto Observatorio Enfermero, con un análisis estadístico de unos datos que ni siquiera ha generado el propio Observatorio; edita un informe bastante más decente de los cutres colorines-pogüerpoin a los que nos tenía acostumbrando el Consejo; convoca a los medios en un entorno amable y corporativo, flanqueado su Gran Timonel por una personalidad internacional que tiene algún favor pendiente que saldar... Y ¡bingo! todos los medios se despepitan, respondiendo fielmente a los criterios que refería al comenzar esta entrada, con un titular fantástico:

¡En España faltan 108.000 enfermeras!

[A modo, solo, de ejemplo, enlazo la noticia según la resumen una agencia (Europa Press), un periódico de ámbito nacional (El País) y un medio especializado (Acta Sanitaria), pero hay reseñas más o menos largas (más bien más, para lo acostumbrado) en todos los medios nacionales y locales, especializados y generalistas. También tenemos este vídeo "informativo" con un extracto de la presentación.]

Antes de entrar en otras consideraciones, quiero resaltar la obsesión (¿un tanto neurótica?) que tiene el Consejo con este dato, que por cierto, evoluciona muy favorablemente a pesar de sus crecientes quejas:

Dado que los datos estadísticos macro referidos a promedios de una bolsa de países, como este que tratamos, nunca evolucionan a corto con tamaña intensidad, es lícito pensar que el CGE se inventa, o manipula, los datos según le conviene. Y si no es así, mejor para todos: si en cinco años el déficit se ha reducido en más de 40.000 enfermeras, un cálculo apresurado nos indica que lo mejor es estarse quietos-paraos porque sin hacer nada (o sea, como hasta ahora) en 2028 habremos conseguido llegar a tener una tasa de enfermeras por población como la media de la Unión Europea (bieeeen). Y por fin el Observatorio Enfermero del CGE podrá gastarse las perras en actividades más productivas para las enfermeras que lo financian con sus cuotas.

Por otro lado, no sé muy bien que pensarán las 20.000 enfermeras en paro que contabiliza Satse, y que el CGE aumenta hasta 30.000, (a 30 de noviembre están contabilizadas por el SEPE 14.553 enfermeras en demanda de empleo) si Papá Noel nos regalara -más bien les regalara a los servicios de (des)empleo autonómicos- esas 108.000 nuevas enfermeras. Afortunadamente para ellas, aunque sea solo un alivio muy pequeño, y desmintiendo al agorero colegial que anunciaba un fuerte incremento a corto plazo, las cifras del desempleo registrado (en las que se basaban y que son las únicas disponibles) muestran una tendencia de decrecimiento muy sólida, al igual que en el caso de los fisioterapeutas (y a diferencia de médicos y auxiliares, que comienzan a entrar en la fase de meseta), gracias al efecto Bolonia (pinchar para agrandar):



En fin, volvamos a las 108.000 enfermeras. ¿Cómo llega el CGE a esta conclusión? Pues utilizando datos internacionales comparativos y afirmando de manera indubitada que España debería (se merecería) estar en la media del conjunto de los países de la Unión Europea cuyos indicadores compara la Organización Mundial de la Salud (y cuya fuente primaria, por cierto, son los datos facilitados por nuestro Instituto Nacional de Estadística y sus homólogos nacionales).

Y aquí encontramos el primer problema: la validez y fiabilidad de los datos utilizados. Pero este, que es un tema, si no complicado, sí un tanto farragoso, lo dejo para la siguiente entrada, segunda parte de este culebrón. Veremos en ella, por ejemplo, cómo los dos países de la UE a los que el CGE sitúa a la cola en cuanto a la razón enfermeras/médicos, Holanda y Suecia, en realidad son el 10º y el 8º, respectivamente. Como no podía ser de otra forma: si les extrañó (ellos mismos señalan en su Informe esta extrañeza: "Siendo sobre todo llamativo el caso de Países Bajos que cuenta con un 94,92% médicos y 5,08% enfermeros"), ¿no podían haber revisado una segunda vez los datos? Porque mientras que a Holanda le asignan apenas 2.522 enfermeras, en realidad tiene 140.722 (las 2.522 son solo las matronas); y mientras que a Suecia le adjudican unas pingües 6.875 enfermeras, en realidad son 108.163. Mal empezamos si en la tabla esencial, aquella que les sirve de base para su indignada denuncia, se les han colado estos dos estúpidos errores...


En fin, para ir abriendo boca, el lector más curioso se sorprenderá al saber que, saltándose de manera casi subversiva las leyes que enunciaba al principio con respecto al interés de los medios de comunicación, en un espacio de la emisora de radio Onda Cero llamado El Purgatorio, el periodista Josu Mezo se refirió, y de manera bastante extensa, a las dudosas premisas y conclusiones del Observatorio Enfermero. Muy especialmente a estos problemas de validez y fiabilidad de la información a los que me refiero y sobre los que abundaré más adelante. Puede escuchar el programa en la web de la emisora.

Por cierto, el director del famoso Observatorio, José Luis Cobos, solicitó intervenir por alusiones en la siguiente emisión (escuchar a partir del min. 12) no se sabe muy bien para qué, porque no refutó ninguno de los reparos de Josu Mezo. Solo habló y habló... y ¿justificó el sueldo? Seguiremos con el tema en la próxima entrada.


1 comentario:

  1. Gracias Juan por esta aclaración sobre este tortuoso tema... creo que van a tardar e volver a sacar esta cantinela sin tener datos contrastables

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