lunes, 16 de septiembre de 2013

"Nadie de los que les toca quiere"

Estamos en pleno debate público (y trámite de audiencia, hasta el día 22) del Anteproyecto de Ley de Servicios y Colegios Profesionales, al que he dedicado tres entradas anteriores en el blog (primera, segunda y tercera), más la útima, en la que cedí la palabra a un exdirigente colegial que nos contó la historia de su desengaño.


Si uno compara los primeros borradores del Anteproyecto con el que definitivamente aprobó el Consejo de Ministros el pasado  2 de agosto, la diferencia de más calado político, digan lo que digan otros voceros es que en un principio el Ministerio de Economía y Competitividad pareció apostar de manera muy determinada y clara por terminar con nuestra anacrónica estructura colegial de base territorial tan atomizada (provincial, incluso en algunos casos local), tratando de simplificarlo mediante un modelo autonómico: 17 colegios autonómicos  + 1 consejo general (esto, y perdón por la autocita, lo propuse hace ya unos cuantos años en Propuesta de organización corporativa de la profesión médica, Fundación Alternativas, 2007).

Esta reforma hubiera resultado capital desde el punto de vista de la eficacia organizativa (mayor volumen de asociados = mayor/mejor influencia/capacidad de interlocución), la lógica política (casi todo lo que tiene que ver con los intereses de los profesionales se negocia a nivel autonómico) y, sobre todo, la racionalidad económica: hablando solo de las 31 corporaciones profesionales de colegiación obligatoria según el anteproyecto, existen 692 colegios profesionales (más 114 consejos autonómicos y generales, es decir, 806 corporaciones profesionales) que cuentan con casi un millón y cuarto de colegiados (volumen medio = 1.800 colegiados/colegio; máx  44.000; mín  30) y administran más de 500 millones de euros.

¿Alguien se imagina lo que con una administración realmente profesionalizada; una gestión transparente y participativa; una verdadera modernización en cuanto a las nuevas tecnologías; una auténtica vocación de servicio al profesional; y una apuesta por la implicación activa de las bases colegiales, se podría hacer con 500 millones de euros para impulsar un nuevo modelo de corporación profesional al servicio realmente de los profesionales y sus clientes, que se sacuda de una vez la caspa de la dehesa y las pretensiones de élite-vintage y se proyecte de verdad, sin complejos y con vocación de liderazgo social, hacia el siglo XXI?

Lamentablemente, una vez más ha faltado coraje político, liderazgo y visión estratégica para abrir un debate serio y responsable sobre cosas que, aunque la sociedad pase olímpicamente de ellas, porque le parecen irrelevantes para sus intereses, son verdaderamente importantes y no solamente a nivel institucional.

No he encontrado mejor manera para ilustrar de una manera sencilla y absolutamente pragmática el potencial de este nuevo modelo que echar mano de unos comentarios que el autor del texto que incluí en la anterior entrada, Crónica del desencanto (o sin ti no hay nada), tuvo a bien compartir conmigo en un correo tras la publicación del post.

Les dejo con nuestro anónimo (anonimizado, más propiamente dicho) narrador:

Hay una cosa en la nueva Ley de Colegios profesionales, que seguro resultará en cierto modo positiva, aunque ya se encargarán algunos de moldearla, y es que en las Comunidades Autónomas con varias provincias se forme un único Colegio, que en nuestro caso supondría la eliminación de los siete que hay, pero que aunque lo dejasen en uno, ya se encargarían de hacer otras tantas subsedes de funcionamiento, o sea similar a lo actual. Me he vuelto muy económico y ha sido mi fracaso en la gestión (lo que me ha quitado la ilusión por gestionar), pero igual pasa con la Administración Pública y lo de juntar ayuntamientos o eliminar Diputaciones: qué pasa?, "pues que nadie de los que les toca quiere". Imagínate nuestra Comunidad, con 17.000 colegiados (x 250 euros anuales) = ¡cuatro millones y pico de euros! 
¿Qué se puede hacer con este presupuesto? Pues muchísimas cosas: crea una plataforma online (ej.: Joomla) como aula virtual e imparte los cursos que quieras de formación para todos los colegiados de la Comunidad con seminarios prácticos de un día para resolver cuestiones de manera presencial, o prácticas, según los cursos; te evitarías el provincialismo de repetir los mismos cursos en cada colegio, con la inversión que supone. Pues bien, los viejos del lugar dicen que no lo ven... que prefieren lo de cuatro o cinco horas sentados, tres o cuatro días seguidos escuchando al especialista en las sillas del salón de actos. ¿Quién se apunta? Los nuevos colegiados que necesitan puntos para la bolsa de trabajo...
Siete Colegios con una media de 3 administrativos cada uno (21 en total), cuando las gestiones de ventanilla única online se hacen de manera automática y pueden ser hechas por dos administrativos (ponle dos en turno de mañana y dos en turno de tarde como mucho); la revista de divulgación científica (gratuita), las Jornadas (gratuitas), los e-mail (gratuitos), las reuniones de Junta de Gobierno del Consejo Autonómico por videoconferencia, Skype, Hangout... Pero no, porque se pierde lo que se ganan algunos en las dietas, comidas y alojamientos (solamente el año pasado en un Colegio pequeño como el nuestro –con 1.250 colegiados– se gastaron más de 20.000 euros en ese concepto, pero es que el anterior fueron más de 30.000: imagínate que esto va proporcional con el número de colegiados que tiene un Colegio y acertarás... y por ser un Colegio Profesional está libre de impuestos y de declaración a Hacienda).
Seguimos con más servicios factibles:

  • Información inmediata a través de redes sociales (1 administrativo de los cuatro que controlase la web que hay muchos que saben, con idiomas, etc...).
  • El registro profesional en un archivo de Access actualizado.
  • Los cambios de colegio, por vía telemática.
  • La potenciación de asociaciones científicas (que no se hace porque quita protagonismo) y de las relaciones con asociaciones de pacientes  (no, porque ponen pegas al trabajo).
  • Becas de formación, investigación y desarrollo y creación de grupos de trabajo para mejorar la profesión, para estudiar nuevas posibilidades de emprendimiento, etc...
  • Búsqueda de yacimientos de empleo para desempleados, gestión de problemas laborales con los Sindicatos que mejore la imagen social y laboral de la profesión, etc...
  • Ideas miles, voluntades pocas: una única asesoría jurídica, una única asesoría laboral, una única asesoría económica –en vez de siete de cada–.
  • Una cuenta bancaria, en vez de 20  –pero entonces se acaban los regalos bancarios–.
  • Relación directa con los órganos de gestión de las Universidades (no necesariamente con las Facultades de Enfermería), para adaptar las ofertas de enfermeros a las demandas del mercado –pero a ver quién le quita estudiantes y tasas a la Universidad por ese concepto, cuando es un organismo autónomo nutrido como los Colegios, del dinero de las tasas que cobran–.
Un descanso entre tanta queja. Nos propusimos realizar un censo de los enfermeros que trabajan en Residencias de ancianos en la provincia (más de 40 residencias, pero no teníamos nada): la mitad no contestaron y de los 20 que lo hicieron, muchos tenían gente sin la titulación de Enfermería haciendo funciones de Enfermería, sin cumplir la normativa al respecto, pero "La Administración", o sea, el Servicio Provincial de Sanidad encargado de controlar esto, no lo hacía, ni el Colegio se lo pidió... “tendríamos que llevarnos bien”... No se cumplía ni lo que decía José Mota (“no me lo mejores pero iguálamelo”)... pues nada, todo el mundo quieto, en vez de defender que las cosas que tenga que hacer un enfermero las haga un enfermero... se permite que gente sin formación, competencia o cualificación lo hiciera... ¡y pensar que podemos caer allí como usuarios...!
No me digas que no es triste... obligarte a pagar demasiado por algo que no funciona, formar parte de algo estático, inoperante y poco transparente; es como el Estado, que gestiona vía impuestos y tasas el dinero de los ciudadanos con sus políticas y luego decide con la legitimidad que les dio la mayoría sin consecuencias (todos al unísono y con la obediencia debida, independientemente del partido que sea), supongo que son las normas que queremos tener porque no hacemos nada para cambiarlas...
Total que del presupuesto que te dije antes sobraba dinero y había hasta superávit, aunque en realidad la totalidad de las cuotas debieran revertir todos los años en sus colegiados/as, en vez de guardar... (pero ¿porqué se guarda?, por lo mismo que lo hacemos en nuestras casas, por si alguna vez llega la colegiación voluntaria...la distinción de los ejercientes y no ejercientes, la colegiación para los desempleados, etc..., qué miedo de perder el dinero de las dietas para emplearlo en este colectivo no?). En cuanto a la colegiación obligatoria el PP es más conservador, el PSOE es más liberal en este sentido (paradoja)... y del resto no conozco opinión... pero se defienden unos a otros para seguir estando.
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Dos reflexiones finales:
  • Primera: cuando escucho estos días a tanto dirigente de algunos colegios sobre los que pende una amenaza seria de supresión de la colegiación obligatoria gimotear, como en un culebrón de los malos, "esto será el fin del colegio", se me ocurre preguntarles: "a ver, si la única razón por la cual tus colegiados siguen perteneciendo al colegio es porque les obligan, ¿eso no te dice nada, prenda?" La lealtad hay que ganársela y el cariño del colegiado, currárselo.
  • Segunda: justo hoy, el Royal College of Physicians británico (lo más parecido que hay por la pérfida Albión a un colegio de médicos, aunque por supuesto de pertenencia voluntaria) ha presentado las conclusiones de su Comisión sobre el hospital (del) futuro, en un documento titulado Future hospital: caring for medical patients. Aunque solo me ha dado tiempo a leer su resumen ejecutivo, que contiene algunas ideas interesantes y otras un tanto manidas, me he preguntado por qué en algunos países las asociaciones médicas y de enfermería presentan cada año dos o tres publicaciones con reflexiones, propuestas y aportaciones sobre los aspectos que de verdad importan a los profesionales (y a sus pacientes), sobre el futuro de la profesión y sus modelos y prácticas de funcionamiento, sus relaciones con la sociedad y los servicios de salud, etc., y aquí nuestros cutre-consejos viven enajenados en debates de tres al cuarto y demagogias varias, sin voluntad ni capacidad ni fomento de la más mínima producción intelectual. ¿En qué c..., que les parezca más importante, llevan tantos años gastándose los cuartos? 
Además de en eso quiero decir, malicioso lector...

1 comentario:

  1. Si se lo gastan aquí, todavía es un consuelo porque vuelva y retorne de alguna forma. si se lo gastan en putas sigue sin declararse...lo jodido es que se esté yendo a paraísos fiscales....jejejejeje

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