sábado, 6 de julio de 2013

Demografia apocalíptica (segunda parte)

Afirmaba el máximo representante de la organización colegial enfermera hace unos meses (7 de marzo) que por cada médico despedido, diez enfermeras pierden su trabajo. Debe ser que no impresionó mucho el titular, así que hace unos pocos días (1 de julio) tiró para arriba de la ratio, que pasó de 10:1 a 13:1; dijo literalmente que "en los últimos dos años y medio se han [sic] despedido a 20.000 enfermeras, por 1.500 médicos".

Lo que estas afirmaciones evidencian es que en España cualquier dirigente puede decir lo que le venga en gana, haciendo pasar estadísticas totalmente inventadas por incontestables datos objetivos, ya que nadie le va a preguntar de dónde los ha sacado ni va a tratar de averiguar si son verdad o simplemente se los ha inventado para convertir en incontestables sus argumentos de parte. Como es el caso.
¿De dónde salen los datos que sustentan tan apocalíptico retrato de la realidad? De ningún sitio. De las conveniencias del momento.




Veamos las estadísticas oficiales: esta es la evolución del desempleo enfermero en los últimos 45 meses (click para agrandar):


Podemos apreciar a primera vista dos características: la primera, un claro ciclo anual, con marcados descensos estacionales (verano principalmente, pero también navidad); veamos, por ejemplo, la evolución durante 2011:


Este comportamiento cíclico estival tan marcado (en verano el desempleo se reduce sistemáticamente a la mitad, con respecto a las cifras de invierno y primavera) es muy llamativo; claro que, por un lado, se ofertan miles de sustituciones para cubrir las vacantes veraniegas; pero, por otro lado, se incorporan miles de nuevas enfermeras que en su gran mayoría se deben inscribir administrativamente como demandantes de empleo, ya que se trata de una condición sine qua non para apuntarse en las bolsas de empleo. Por ejemplo, en 2011 el desempleo en julio y agosto se redujo en 6.000 personas, con respecto a marzo, habiendo finalizado sus estudios 8.334 nuevas enfermeras, lo que supondría que durante los meses estivales se ofrecen nada menos que 14.000 contratos eventuales.

La segunda característica, también bastante fácil de apreciar, es que este ciclo, aun reproduciéndose de manera sistemática, lo hace varias unidades (miles) por encima cada año. Por ejemplo:

  • Mayo de 2010: 6.927 enfermeras desempleadas.
  • Mayo de 2011: 8.850 (+28% interanual).
  • Mayo de 2012: 16.375 (+85%).
  • Mayo 2013 (último mes disponible): 18.210 (+11%).

Es decir, que desde el comienzo de la serie los datos que facilita el Servicio Estatal de Empleo Público (disponibles solo desde septiembre de 2009) muestran una clara y pronunciada tendencia al alza:


Esta ilustración muestra la Tendencia Acumulada Móvil (TAM-12) que se calcula, para cada período, como la media de los últimos meses (12 en este caso) y que se utiliza como medida simple de tendencia estadística. En ella puede apreciarse que el peor momento para el empleo enfermero se produjo entre finales de 2011 y el primer semestre de 2012, con una recaída entre septiembre de 2012 y enero de 2013. Pero también puede verse que en los últimos meses la pendiente de la línea de tendencia muestra un recorrido bastante sólido hacia una moderación en los ascensos, que habrá que ver si se consolida.




Veamos ahora las mismas estadísticas, pero referidas al desempleo médico. En primer lugar, la evolución en términos absolutos:


Vemos cómo el ciclo estacional se reproduce, pero de manera mucho más matizada, con menor creación de empleo en perídodos vacacionales, pero también menor destrucción el resto de año: la evolución es mucho más errática y no muestra la histeria cíclica  -si se me permite la expresión- del desempleo enfermero. Aunque esa estacionalidad que venía siendo tan poco marcada se rompe en 2012, con una silueta (a la derecha) que a partir del mes de abril es casi clavadita a la de la enfermería ese mismo año (a la izquierda):











¿Qué nos indica esta reconversión a la estacionalidad? Que entre el segundo semestre de 2012 y el primero de 2013 se han amortizado muchos cientos de plazas de médicos especialistas. ¿Por qué? Porque la no estacionalidad del desempleo médico se debía hasta ahora al hecho de que, a diferencia de las enfermeras, en el sistema sanitario público, que es el principal empleador, no se puede sustituir a un cardiólogo o un médico de familia por un chaval recién licenciado, por tanto sin el requerido título de especialista. Pero la novedad ahora es que hay médicos especialistas en las bolsas de empleo: los daños colaterales de la guerra sucia de nuestros frenéticos manostijera autonómicos y los que salen del MIR o ven homologado su título extranjero, pero no encuentran ya trabajo (al menos, como médicos). De esta manera, mientras que en mayo de 2010 solo el 30% (357 de 1.107) de los médicos desempleados registrados era especialista, tres años más tarde, en mayo de 2013, el porcentaje aumenta al 55% (1.866 sobre 3.395).

Y es que la fase más aguda en el drama, igual que ya la vivieron las enfermeras en 2011 y principios de 2012, la empezaron a sufrir los médicos en 2012 y de manera aún mucho más cruda, en este 2013: no hay más que ver la parte derecha del gráfico de valores absolutos. Llevado a la línea de tendencia, encontramos este inquietante perfil :


Inquietante, precisamente porque muestra una tendencia. Aunque con un perfil inseguro, el desempleo médico se mantuvo bastante estable, algo por encima y por debajo de los 1.000 desempleados, hasta que en abril de 2012 se supera la barrera de los 2.000 y, peor aún, apenas 13 meses después (mayo 2013) se rompe  -¡y de qué manera!-  la barrera de los 3.000.




Veamos, pues, la evolución y la tendencia comparativa de los dos colectivos. Para permitir una comparación visualmente fácil, he generado sendas series con base 100 en el mes de inicio (enero 2010):



Vemos claramente que si la perspectiva para el empleo enfermero empieza a resultar menos amenazante, para el (des)empleo médico no puede serlo más. Mientras la pendiente de la enfermería muestra una clara ralentización, la de la medicina ve cómo se consolida una firme tendencia creciente. ¿Es que los servicios de salud y los centros sanitarios piensan que, según para que cosas, es más barato contratar cinco enfermeras que tres médicos? ¿Han decidido primar a la enfermería gracias a la compra del producto que vende su preclaro líder? ¿Es consecuencia, pues, de decisiones estratégicas?




Simplemente, NO. Y antes de que, si se confirman estos pronósticos positivos, venga el susobicho a ponerse la medalla, aclararemos algo que él no parece haber entendido nunca, ya que en la entrevista afirma que este año se incorporarán 10.000 nuevas enfermeras al mercado de trabajo. Como debería saber alguien en su elevada posición, existe un factor que ha venido inesperadamente en socorro de la profesión enfermera para paliar lo que podría haber sido un desastre laboral mucho más catastrófico (aún): el factor Bolonia.

Recapitulando:

  • Como consecuencia de la implantación del Espacio Europeo de Educación Superior (coloquialmente denominado Plan Bolonia), durante el curso 2009-2010 -aunque tres universidades se habían adelantado un año-  aproximadamente el 40% de las universidades españolas ponen en marcha el Grado en Enfermería, mientras que las restantes continúan impartiendo la Diplomatura, aplazando un año la transición al grado.
  • La estadística: aquel curso se incorporó a la universidad la cifra record de 11.974 alumnos, pero en dos planes de estudio distintos: 6.898 que ya empezaban a estudiar el Grado, más otros 5.076 alumnos que se matricularon en el primer curso de la Diplomatura (a extinguir).
  • Si viajamos adelante en el tiempo unos años, vemos que, siempre según los datos del Ministerio de Educación, Cultura y Deporteen 2012, en lugar de incorporarse al mercado de trabajo las 10.000 nuevas enfermeras que venían diplomándose anualmente (10.046 en 2011), sólo se incorporaron 4.550, aquellas que acabaron la Diplomatura (3 cursos/años).
  • Los matriculados en el Grado (4 cursos/años) tendrían que esperar hasta que finalizara el siguiente curso (el actual, 2012-2013). Aunque, como es lógico, no existen aún datos de este año con el curso recién terminado, sí podemos calcular de manera bastante fiable el número de nuevos graduados (ya no hay estudios de diplomatura), ya que la tasa de egresados sobre el total de alumnos de la cohorte matriculados en primer curso es muy estable, de un 90%. Y un 90% de 6.898 matriculados en primer curso en 2008-2009 son 6.200.
  • De manera que, gracias a Bolonia, entre junio de 2012 y junio de 2013, en lugar de ser 21.000 las enfermeras que se incorporaron al mercado laboral, sólo lo hicieron 10.750, poco más de la mitad. Y eso significa que, en lugar de haber 18.000 enfermeras en paro, hubiera habido 27.000. Y la tasa de desempleo, que actualmente se sitúa en torno al 7,5%, sería del 11%.





Pero la profesión médica, no solo no se ha beneficiado del efecto Bolonia, sino que además ha visto como en 2011,  último año del que existen datos disponibles, el Ministerio de Educación homologó 5.522 títulos de Medicina de otros países, por solo 488 de Enfermería. Y eso que el número descendió desde el máximo histórico de los 7.705 de 2008 (en enfermería, el récord está en los 1.382 de 2007). Es decir, que nos encontramos ante un perverso mecanismo: la profesión médica española se nutre menos de los alumnos formados en España, que de los formados en otros países y consiguen homologar su título (en 2011, último año del que conocemos ambos datos, 3.791 titulados en universidades españolas, frente a 5.522 títulos extranjeros homologados).

Lo lógico es que en 2012 y lo que va de 2013 la situación se haya moderado bastante, pero lo cierto es que la profesión médica presenta una tasa de reposición (% nuevos médicos sobre el total) del 5,1% (9.000 sobre 175.000), mientras que la de la enfermería es sensiblemente inferior, un 4,2%. Ello se traduce en dinámicas endemoniadas que hacen que la cifra del desempleo médico en estos momentos tenga muy mala pinta: los 4.100 estudiantes de Medicina que habrán terminado sus estudios en 2013 suponen un 120% sobre los 3.400 desempleados existentes. Mientras que en enfermería los 6.200 alumnos que terminan este año sus estudios sólo suponen un 34% de los 18.000 desempleados actuales; incluso aunque se hubieran graduado los 10.500 que hubieran correspondido sin el  efecto Bolonia, representarían solo un 58% de los actuales desempleados.




En fin, a la vista de los datos, ¿podemos decir que se ha despedido a 20.000 enfermeras en los últimos dos años y medio? Rotundamente, no: si de verdad hubiera sucedido, el desempleo, que en noviembre de 2010 era de 9.250 enfermeras, hubiera ascendido, no a las 18.000 actuales, sino a 9.000 (entonces en paro) + 13.000 (egresadas entre 2011 y 2012) + 20.000 (supuestamente despedidas) - 3.500 (jubiladas; estimación propia) = ¡38.500 enfermeras apuntadas en las oficinas de (des)empleo!

No, no es verdad, ni siquiera es una exageración: es, simple y llanamente, demografía apocalíptica. O sea, mentira.

Lo que sí podría ser verdad, aunque ni el mentado ni yo tenemos datos para cuantificarlo desde el lado de la oferta, es que se haya despedido a 1.500 médicos.

Por cierto, si yo fuera una enfermera con mis estudios recién terminados y estuviera en la cola de la oficina de empleo con la ilusión de poder trabajar este verano y leyera al mandamás de mi profesión diciendo con su peculiar gracejo que "un enfermero que se gradúe en estos momentos tardará diez años en conseguir una sustitución de un mes", o me tiro por la ventana... o le tiro a él, junto con todos sus técnicos.




PS.- [Ayer mismo, sin ir más lejos, el coro de plañideras vuelve a tratar de acojonar y deprimir al colectivo enfermero. Afirman, titular incluido, que "el desempleo en enfermería se ha cuadruplicado en los últimos tres años hasta alcanzar los 20.000 parados en la profesión", algo que, como ya estamos acostumbrados, es simplemente mentira: en mayo de 2010 el número de inscritos como demandantes de empleo en la categoría "diplomados en enfermería" (datos del Servicio de Empleo Público Estatal) era de 6.927; y tres años después, en mayo de 2013, era de 18.210, es decir, que bien lejos de multiplicarse por cuatro, es decir, aumentar un 400%, el desempleo ha aumentado un 263%. Que no es poco. Que es una tragedia. Que supone un gran sufrimiento para muchos profesionales y su entorno. Pero, ¿por qué inventarse los datos para poder exagerar, si lo único que consiguen así es desprestigiarse como portavoces de la profesión? Para ganar titulares y que les dejen salir en los medios. De pena.

2 comentarios:

  1. Buenas,

    Esperaba los datos y análisis sobre un tema que me afecta directamente, y te felicito por la exposición clara y razonada.
    Comentar que a pesar de que tampoco creo que sólo haya 1500 médicos en paro, en el caso de enfermería, por lo que yo conozco en dos autonomías distintas en las que formo parte de sendas bolsas de temporales, no es requisito estar inscrito en el INEM, como creo que aduces.
    Es más, creo que muchas veces las enfermeras no nos apuntamos al INEM por las perversiones del sistema de contratación, ya que a lo mejor trabajas un mes, no te dan nada al siguiente, al otro si...en fin, es nuestra dinámica habitual para los eventuales, bastante disfuncional y consentida por el CGE.
    En todo caso, no pretendo alargarme, sólo matizar este aspecto, y felicitarte por tu regreso a la blogosfera.

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  2. Muchas gracias por tu comentario, Susana. Probablemente hoy en día sea mucho más laxa la condición de estar inscrito en la oficina de empleo que cuando estudié más en detalle el asunto, aun así nunca pretendí minimizar, ni el desempleo médico (no son 1.500, sino casi 3.500), ni mucho menos el enfermero (5 veces más, 18.000), bastante drama supone pata tenta gente. Si te fijas, el fenómenos que estudio es el del "paro registrado", que es el único dato que conocemosa de manera altamente fiable (aquí no es posible disponer de una "encuesta de población activa", aunque no estaría de más que el Consejo, que sí tiene fondos de sobra, se lo tomara en serio. Y cuando digo "en serio", digo sin sospechas de manipulación de los datos).

    Por otro lado, no he tratado de hacer una "foto fija" de la situación, sino analizar dinámicas; ahí los errores e insuficiencias estadísticas, digamos que se nautralizan, ya que se mantienen más o menos constantes en el tiempo. Evidentemente yo no sé si hoy son 18.000 las enfermeras en paro, pero sí sé que no hay 20.000 despedidas, sería imposible. Y, finalmente, si no es posible conocer la información, todos esos titulares apocalípticos persiguen otra cosa, no denunciar una situación verdadera.

    Un saludo y, de nuevo, gracias por pasar por aquí.

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